Spagnolo
Vocabolario e frasi
* Fuese llegando a la venta que a él le parecÃa castillo, y a poco trecho de ella detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —No esperaba yo menos de la gran magnificencia vuestra, señor mÃo — respondió don Quijote—, y asà os digo que el don que os he pedido, y de vuestra liberalidad me ha sido otorgado, es que mañana en aquel dÃa me habéis de 57 armar caballero, y esta noche en la capilla deste vuestro castillo velaré las armas, y mañana, como tengo dicho, se cumplirá lo que tanto deseo, para poder, como se debe, ir por todas las cuatro partes del mundo buscando las aventuras en pro de los menesterosos, como está a cargo de la caballerÃa y de los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es inclinado( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Contó el ventero a todos cuantos estaban en la venta la locura de su huésped, la vela de las armas y la armazón de caballerÃa que esperaba.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y asÃ, con gentil continente y denuedo, se afirmó bien en los estribos, apretó la lanza, llegó la adarga al pecho y, puesto en la mitad del camino, estuvo esperando que aquellos caballeros andantes llegasen, que ya él por tales los tenÃa y juzgaba, y, cuando llegaron a trecho que se pudieron ver y oÃr, levantó don Quijote la voz y, con ademán arrogante, dijo: —Todo el mundo se tenga si todo el mundo no confiesa que no hay en el mundo todo doncella más hermosa que la emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso( Cervantes - Don Quijote)<>
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* HÃzolo asà el ama con mucho contento, y el bueno de Esplandián fue volando al corral, esperando con toda paciencia el fuego que le amenazaba( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la enmienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega, y, entretanto que esto se ve, tenedle recluso en vuestra posada, señor compadre( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A lo cual le respondió don Quijote: —Has de saber, amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las Ãnsulas o reinos que ganaban, y yo tengo determinado de que por mà no falte tan agradecida usanza, antes pienso aventajarme en ella; porque ellos algunas veces, y quizá las más, esperaban a que sus escuderos fuesen viejos, y ya, después de hartos de seguir y de llevar malos dÃas y peores noches, les daban algún tÃtulo de conde, o, por lo mucho, de marqués, de algún valle o provincia de poco más a menos; pero si tú vives y yo vivo, bien podrÃa ser que antes de seis dÃas ganase yo tal reino que tuviese otros, a él adherentes, que viniesen de molde para coronarte por rey de uno de ellos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, sin esperar más respuesta, picó a Rocinante y, la lanza baja, arremetió contra el primer fraile con tanta furia y denuedo que, si el fraile no se dejara caer de la mula, él le hiciera venir al suelo mal de su grado, y aun malherido, si no cayera muerto( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Los mozos, que no sabÃan de burlas, ni entendÃan aquello de despojos ni batallas, viendo que ya don Quijote estaba desviado de allà hablando con las que en el coche venÃan, arremetieron con Sancho y dieron con él en el suelo, y, sin dejarle pelo en las barbas, le molieron a coces y le dejaron tendido en el suelo, sin aliento ni sentido; y, sin detenerse un punto, tornó a subir el fraile, todo temeroso y acobardado y sin color en el rostro, y, cuando se vio a caballo, picó tras su compañero, que un buen espacio de allà le estaba aguardando y esperando en qué paraba aquel sobresalto; y, sin querer aguardar el fin de todo aquel comenzado suceso, siguieron su camino, haciéndose más cruces que si llevaran al diablo a las espaldas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Subieron luego a caballo y diéronse prisa por llegar a poblado antes que anocheciese; pero faltoles el sol y la esperanza de alcanzar lo que deseaban junto a unas chozas de unos cabreros, y asÃ, determinaron de pasarla allÃ; que, cuanto fue de pesadumbre para Sancho no llegar a poblado, fue de contento para su amo dormirla al cielo descubierto, por parecerle que, cada vez que esto le sucedÃa, era hacer un acto posesivo que facilitaba la prueba de su caballerÃa( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Mas allá, entre tus reproches y honestÃsimos desvÃos, tal vez la esperanza muestra la orilla de su vestido( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Si el amor es cortesÃa, de la que tienes colijo, que el fin de mis esperanzas ha de ser cual imagino( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con estas que daba, al parecer, justas excusas, dejaba el tÃo de importunarla, y esperaba a que entrase algo más en edad, y ella supiese escoger compañÃa a su gusto.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y no se piense que porque Marcela se puso en aquella libertad y vida tan suelta y de tan poco o de ningún recogimiento, que por eso ha dado indicio, ni por semejas, que venga en menoscabo de su honestidad y recato; antes es tanta y tal la vigilancia con que mira por su honra, que de cuantos la sirven y solicitan ninguno se ha alabado, ni con verdad se podrá alabar, que le haya dado alguna pequeña esperanza de alcanzar su deseo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Cual hay que pasa todas las horas de la noche sentado al pie de alguna encina o peñasco, y allÃ, sin plegar los llorosos ojos, embebecido y transportado en sus pensamientos, le halló el sol a la mañana; y cual hay que, sin dar vado ni tregua a sus suspiros, en mitad del ardor de la más enfadosa siesta del verano, tendido sobre la ardiente arena, envÃa sus quejas al piadoso cielo; y deste y de aquel, y de aquellos y de estos, libre y desenfadadamente triunfa la hermosa Marcela, y todos los que la conocemos estamos esperando en qué ha de parar su altivez, y quién ha de ser el dichoso que ha de venir a domeñar condición tan terrible y gozar de hermosura tan estremada.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, si algunos subieron a ser emperadores por el valor de su brazo, a fe que les costó buen porqué de su sangre y de su sudor; y que, si a los que a tal grado subieron les faltaran encantadores y sabios que los ayudaran, que ellos quedaran bien defraudados de sus deseos y bien engañados de sus esperanzas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y como todos los circunstantes tenÃan el mismo deseo, se le pusieron a la redonda, y él, leyendo en voz clara, vio que asà decÃa: Donde se ponen los versos desesperados del difunto pastor, con otros no esperados sucesos CANCIÓN DE GRISÓSTOMO Ya que quieres, cruel, que se publique de lengua en lengua y de una en otra gente del áspero rigor tuyo la fuerza, haré que el mismo infierno comunique 103 al triste pecho mÃo un son doliente, con que el uso común de mi voz tuerza( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Mata un desdén, atierra la paciencia, o verdadera o falsa, una sospecha; 104matan los celos con rigor más fuerte; desconcierta la vida larga ausencia: contra un temor de olvido no aprovecha firme esperanza de dichosa suerte( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En todo hay cierta, inevitable muerte, mas yo, ¡milagro nunca visto!, vivo celoso, ausente, desdeñado y cierto de las sospechas que me tienen muerto, y en el olvido en quien mi fuego avivo, y, entre tantos tormentos, nunca alcanza mi vista a ver en sombra a la esperanza, ni yo, desesperado, la procuro; antes, por estremarme en mi querella, estar sin ella eternamente juro( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¿Puédese, por ventura, en un instante esperar y temer, o es bien hacello, siendo las causas del temor más ciertas? ¿Tengo, si el duro celo está delante, de cerrar estos ojos, si he de vello por mil heridas en el alma abiertas? ¿Quién no abrirá de par en par las puertas a la desconfianza, cuando mira descubierto el desdén, y las sospechas, ¡oh amarga conversión!, verdades hechas, y la limpia verdad vuelta en mentira? ¡Oh en el reino de amor fieros tiranos celos!, ponedme un hierro en estas manos; dame, desdén, una torcida soga; mas, ¡ay de mÃ!, que, con cruel victoria, vuestra memoria el sufrimiento ahoga( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo ni a otro alguno, en fin, de ninguno de ellos, bien se puede decir que antes le mató su porfÃa que mi crueldad.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que, cuando en ese mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mÃa era vivir en perpetua soledad, y de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino? Si yo le entretuviera, fuera falsa; si le contentara, hiciera contra mi mejor intención y prosupuesto( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Porfió desengañado, desesperó sin ser aborrecido; ¡mirad ahora si será razón que de su pena se me dé a mà la culpa! Quéjese el engañado, desespérese aquel a quien le faltaron las prometidas esperanzas, confÃese el que yo llamare, ufánese el que yo admitiere; pero no me llame cruel ni homicida aquel a quien yo no prometo, engaño, llamo ni admito.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Verdad es que, si mi señor don Quijote sana desta herida, o caÃda, y yo no quedo contrecho de ella, no trocarÃa mis esperanzas con el mejor tÃtulo de España( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¡Bien haya mil veces el autor de Tablante de Ricamonte, y aquel del otro libro donde 116se cuenta los hechos del conde Tomillas, y con qué puntualidad lo describen todo! Digo, pues, que, después de haber visitado el arriero a su recua y dádole el segundo pienso, se tendió en sus enjalmas y se dio a esperar a su puntualÃsima Maritornes.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* MaldÃjose de nuevo y propuso en su corazón de dejar a su amo y volverse a su tierra, aunque perdiese el salario de lo servido y las esperanzas del gobierno de la prometida Ãnsula( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Un mozo que iba a pie, viendo caer al encamisado, comenzó a denostar a don Quijote, el cual, ya encolerizado, sin esperar más, enristrando su lanzón, arremetió a uno de los enlutados y, malferido, dio con él en tierra; y, revolviéndose por los demás, era cosa de ver con la presteza que los acometÃa y desbarataba, que no parecÃa sino que en aquel instante le habÃan nacido alas a Rocinante, según andaba de ligero y orgulloso.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Yo salà de mi tierra y dejé hijos y mujer por venir a servir a vuestra merced, creyendo valer más y no menos; pero, como la codicia rompe el saco, a mà me ha rasgado mis esperanzas, pues, cuando más vivas las tenÃa de alcanzar aquella negra y malhadada Ãnsula que tantas veces vuestra merced me ha prometido, veo que, en pago y trueco della, me quiere ahora dejar en un lugar tan apartado del trato humano.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Viendo, pues, Sancho la última resolución de su amo, y cuán poco valÃan con él sus lágrimas, consejos y ruegos, determinó de aprovecharse de su industria, y hacerle esperar hasta el dÃa, si pudiese; y asÃ, cuando apretaba las cinchas al caballo, bonitamente y sin ser sentido ató con el cabestro de su asno ambos pies a Rocinante, de manera que, cuando don Quijote se quiso partir, no pudo, porque el caballo no se podÃa mover sino a saltos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Desesperábase con esto don Quijote y, por más que ponÃa las piernas al caballo, menos le podÃa mover; y, sin caer en la cuenta de la ligadura, tuvo por bien de sosegarse y esperar, o a que amaneciese, o a que Rocinante se menease, creyendo, sin duda, que aquello venÃa de otra parte que de la industria de Sancho; y asÃ, le dijo: —Pues asà es, Sancho, que Rocinante no puede moverse, yo soy contento de esperar a que rÃa el alba, aunque yo llore lo que ella tardare en venir( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —No hay que llorar —respondió Sancho—, que yo entretendré a vuestra merced contando cuentos desde aquà al dÃa, si ya no es que se quiere apear y echarse a dormir un poco sobre la verde yerba a uso de caballeros andantes, para hallarse más descansado cuando llegue el dÃa y punto de acometer esta tan desemejable aventura que le espera( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —DÃgote de verdad —respondió don Quijote— que tú has contado una de las más nuevas consejas, cuento o historia, que nadie pudo pensar en el mundo, y que tal modo de contarla, ni dejarla, jamás se podrá ver ni habrá visto en toda la vida, aunque no esperaba yo otra cosa de tu buen discurso; mas no me maravillo, pues quizá estos golpes que no cesan te deben de tener turbado el entendimiento( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Las demás guardas quedaron atónitas y suspensas del no esperado acontecimiento; pero, volviendo sobre sÃ, pusieron mano a sus espadas los de a caballo, y los de a pie a sus dardos, y arremetieron a don Quijote, que con mucho sosiego los aguardaba; y sin duda lo pasara mal si los galeotes, viendo la ocasión que se les ofrecÃa de alcanzar libertad, no la procuraran, procurando romper la cadena donde venÃan ensartados( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Señor —respondió Sancho—, que el retirar no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza; y de sabios es guardarse hoy para mañana, y no aventurarse todo en un dÃa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y estando en lo mejor de su plática, paró y enmudeciose; clavó los ojos en el suelo por un buen espacio, en el cual todos estuvimos quedos y suspensos, esperando en qué habÃa de parar aquel embelesamiento, con no poca lástima de verlo, porque por lo que hacÃa de abrir los ojos, estar fijo mirando al suelo sin mover pestaña gran rato, y otras veces cerrarlos apretando los labios y enarcando las cejas, fácilmente conocimos que algún accidente de locura le habÃa sobrevenido.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero hÃzolo mejor la suerte de lo que él pensaba ni esperaba, porque en aquel mesmo instante pareció por entre una quebrada de una sierra que salÃa donde ellos estaban el mancebo que buscaba, el cual venÃa hablando entre sà cosas que no podÃan ser entendidas de cerca, cuanto más de lejos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Ya, cuando él me vino a decir esto, según después se supo, habÃa gozado a la labradora con tÃtulo de esposo, y esperaba ocasión de descubrirse a su salvo, temeroso de lo que el duque su padre harÃa cuando supiese su disparate.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* 173 —Sà —dijo don Quijote—, porque, si vuelves presto de adonde pienso enviarte, presto se acabará mi pena, y presto comenzará mi gloria; y porque no es bien que te tenga más suspenso esperando en lo que han de parar mis razones, quiero, Sancho, que sepas que el famoso AmadÃs de Gaula fue uno de los más perfectos caballeros andantes.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* 177 mal los pies, si es que llevo espuelas para avivar a Rocinante; y póngame yo una por una en el Toboso y delante de mi señora Dulcinea; que yo le diré tales cosas de las necedades y locuras, que todo es uno, que vuestra merced ha hecho y queda haciendo, que la venga a poner más blanda que un guante, aunque la halle más dura que un alcornoque; con cuya respuesta, dulce y melificada, volveré por los aires como brujo, y sacaré a vuestra merced deste purgatorio, que parece infierno y no lo es, pues hay esperanza de salir dél, la cual, como tengo dicho, no la tienen de salir los que están en el infierno, ni creo que vuestra merced dirá otra cosa( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Paróse Sancho Panza a rascar la cabeza para traer a la memoria la carta, y ya se ponÃa sobre un pie y ya sobre otro; unas veces miraba al suelo, otras al cielo, y al cabo de haberse roÃdo la mitad de la yema de un dedo, teniendo suspensos a los que esperaban que ya la dijese, dijo al cabo de grandÃsimo rato: —¡Por Dios, señor licenciado, que los diablos lleven la cosa que de la carta se me acuerda!; aunque en el principio decÃa: «Alta y sobajada4411 señora»( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sancho dijo que entrasen ellos, que el esperarÃa allà fuera, y que después les dirÃa la causa por que no entraba, ni le convenÃa entrar en ella; mas que les rogaba que le sacasen allà algo de comer que fuese cosa caliente, y, ansimismo, cebada para Rocinante.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* El calor y el dÃa que allà llegaron, era de los del mes de agosto, que por aquellas partes suele ser el ardor muy grande; la hora, las tres de la tarde: todo lo cual hacÃa al sitio más agradable, y que convidase a que en él esperasen la vuelta de Sancho, como lo hicieron( Cervantes - Don Quijote)<>
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* De ese modo, en mi dolencia ningún remedio se alcanza, pues me matan la esperanza desdenes, celos y ausencia( Cervantes - Don Quijote)<>
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* La hora, el tiempo, la soledad, la voz y la destreza del que cantaba, causó admiración y contento en los dos oyentes, los cuales se estuvieron quedos, esperando si otra alguna cosa oÃan; pero viendo que duraba algún tanto el silencio, determinaron de salir a buscar el músico que con tan buena voz cantaba; y, queriéndolo poner en efeto, hizo la mesma voz que no se moviesen, la cual llegó de nuevo a sus oÃdos, cantando este soneto: 42 Esta composición poética se llama ovillejo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* El canto se acabó con un profundo suspiro, y los dos con atención volvieron a esperar si más se cantaba; pero viendo que la música se habÃa vuelto en sollozos y en lastimeros ayes, acordaron de saber quién era el triste, tan estremado en la voz como doloroso en los gemidos; y no anduvieron mucho, cuando, al volver de una punta de una peña, vieron a un hombre del mismo talle y figura que Sancho Panza les habÃa pintado cuando les contó el cuento de Cardenio; el cual hombre, cuando los vio, sin sobresaltarse, estuvo quedo, con la cabeza inclinada sobre el pecho, a guisa de hombre pensativo, sin alzar los ojos a mirarlos más de la vez primera, cuando de improviso llegaron( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Aquella noche hablé con Luscinda, y le dije lo que con don Fernando quedaba concertado, y que tuviese firme esperanza de que tendrÃan efeto nuestros buenos y justos deseos; ella me dijo, tan segura como yo de la traición de don Fernando, que procurase volver presto, porque creÃa que no tardarÃa más la conclusión de nuestras voluntades que tardase mi padre de hablar al suyo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero la noche que precedió al triste dÃa de mi partida, ella lloró, gimió y suspiró, y se fue y me dejó lleno de confusión y sobresalto, espantado de haber visto tan nuevas y tan tristes muestras de dolor y sentimiento en Luscinda; pero, por no destruir mis esperanzas, todo lo atribuà a la fuerza del amor que me tenÃa y al dolor que suele causar la ausencia en los que bien se quieren.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¡A Dios plega que esta llegue a vuestras manos antes que la mÃa se vea en condición de juntarse con la de quien tan mal sabe guardar la fe que promete! Estas, en suma, fueron las razones que la carta contenÃa, y las que me hicieron poner luego en camino, sin esperar otra respuesta ni otros dineros; 194que bien claro conocà entonces que no la compra de los caballos, sino la de su gusto, habÃa movido a don Fernando a enviarme a su hermano.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Digo, pues —prosiguió Cardenio—, que, estando todos en la sala, entró el cura de la perroquia, y, tomando a los dos por la mano para hacer lo que en tal acto se requiere, al decir: «¿Queréis, señora Luscinda, al señor don Fernando, que está presente, por vuestro legÃtimo esposo, como lo manda la Santa Madre Iglesia?», yo saqué toda la cabeza y cuello de entre los tapices, y con atentÃsimos oÃdos y alma turbada me puse a escuchar lo que Luscinda respondÃa, esperando de su respuesta la sentencia de mi muerte o la confirmación de mi vida.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Estaba esperando el cura la respuesta de Luscinda, que se detuvo un buen espacio en darla, y cuando yo pensé que sacaba la daga para acreditarse, o desataba la lengua para decir alguna verdad o desengaño que en mi provecho redundase, oigo que dijo con voz desmayada y flaca: «SÃ, quiero», y lo mesmo dijo don Fernando, y, dándole el anillo, quedaron en indisoluble nudo ligados.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Resta ahora decir cuál quedé yo, viendo en el sà que habÃa oÃdo burladas mis esperanzas, falsas las palabras y promesas de Luscinda, imposibilitado de cobrar en algún tiempo el bien que en aquel instante habÃa perdido.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En fin, me resolvà en que poco amor, poco juicio, mucha ambición y deseos de grandezas hicieron que se olvidase de las palabras con que me habÃa engañado, entretenido y sustentado en mis firmes esperanzas y honestos deseos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¡Ay desdichada!, y cuán más agradable compañÃa harán estos riscos y malezas a mi intención, pues me darán lugar para que con quejas comunique mi desgracia al cielo, que no la de ningún hombre humano, pues no hay ninguno en la tierra de quien se pueda esperar consejo en las dudas, alivio en las quejas, ni remedio en los males( Cervantes - Don Quijote)<>
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* DecÃanme mis padres que en sola mi virtud y bondad dejaban y depositaban su honra y fama, y que considerase la desigualdad que habÃa entre mà y don Fernando, y que por aquà echarÃa de ver que sus pensamientos, aunque él dijese otra cosa, más se encaminaban a su gusto que a mi provecho; y que, si yo quisiese poner en alguna manera algún inconveniente para que él se dejase de su injusta pretensión, que ellos me casarÃan luego con quien yo más gustase, asà de los más principales de nuestro lugar, como de todos los circunvecinos, pues todo se podÃa esperar de su mucha hacienda y de mi buena fama( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con estos ciertos prometimientos y con la verdad que ellos me decÃan, fortificaba yo mi entereza, y jamás quise responder a don Fernando palabra que le pudiese mostrar, aunque de muy lejos, esperanza de alcanzar su deseo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Finalmente, don Fernando supo que mis padres andaban por darme estado, por quitalle a él la esperanza de poseerme o, a lo menos, porque yo tuviese más guardas para guardarme.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Esto que supe puso en bando mis esperanzas, y tuve por mejor no haber hallado a don Fernando, que no hallarle casado, pareciéndome que aún no estaba del todo cerrada la puerta a mi remedio, dándome yo a entender que podrÃa ser que el cielo hubiese puesto aquel impedimento en el segundo matrimonio, por atraerle a conocer lo que al primero debÃa, y a caer en la cuenta de que era cristiano, y que estaba más obligado a su alma que a los respetos humanos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todas estas cosas revolvÃa en mi fantasÃa y me consolaba sin tener consuelo, fingiendo unas esperanzas largas y desmayadas para entretener la vida, que ya aborrezco.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Porque presupuesto que Luscinda no puede casarse con don Fernando, por ser mÃa, ni don Fernando con ella, por ser vuestro, y haberlo ella tan manifiestamente declarado, bien podemos esperar que el cielo nos restituya lo que es nuestro, pues está todavÃa en ser y no se ha enajenado ni deshecho.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y pues este consuelo tenemos, nacido no de muy remota esperanza ni fundado en desvariadas imaginaciones, suplÃcoos, señora, que toméis otra resolución en vuestros honrados pensamientos, pues yo la pienso tomar en los mÃos, acomodándoos a esperar mejor fortuna; que yo os juro por la fe de caballero y de cristiano de no desampararos hasta veros en poder de don Fernando, y que, cuando con razones no le pudiere atraer a que conozca lo que os debe, de usar entonces la libertad que me concede el ser caballero y poder, con justo tÃtulo, desafialle en razón de la sinrazón que os hace, sin acordarme de mis agravios, cuya venganza dejaré al cielo por acudir en la tierra a los vuestros( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Saliéronle al encuentro y, preguntándole por don Quijote, les dijo cómo le habÃa hallado desnudo en camisa, flaco, amarillo y muerto de hambre, y suspirando por su señora Dulcinea; y que, puesto que le habÃa dicho que ella le mandaba que saliese de aquel lugar y se fuese al del Toboso, donde le quedaba esperando, habÃa respondido que estaba determinado de no parecer ante su fermosura fasta que hubiese fecho fazañas que le ficiesen digno de su gracia( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Digo que asà lo otorgo —respondió don Quijote—, y asà podéis, señora, desde hoy más, desechar la malenconÃa que os fatiga y hacer que cobre nuevos brÃos y fuerzas vuestra desmayada, esperanza; que, con el ayuda de Dios y la de mi brazo, vos os veréis presto restituida en vuestro reino y sentada en la silla de vuestro antiguo y grande estado, a pesar y a despecho de los follones que contradecirlo quisieren; y manos a labor, que en la tardanza dicen que suele estar el peligro( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¿Tú no ves, Sancho, que eso todo redunda en su mayor ensalzamiento? Porque has de saber que en este nuestro estilo de caballerÃa es gran honra tener una dama muchos caballeros andantes que la sirvan, sin que se estiendan más sus pensamientos que a servilla, por sólo ser ella quien es, sin esperar otro premio de sus muchos y buenos deseos sino que ella se contente de acetarlos por sus caballeros( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Con esa manera de amor —dijo Sancho—, he oÃdo yo predicar que se ha de amar a Nuestro Señor, por sà solo, sin que nos mueva esperanza de gloria o temor de pena.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* 225 En esto, les dio voces maese Nicolás que esperasen un poco; que querÃan detenerse a beber en una fontecilla que allà estaba.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Hizo el cura que les aderezasen de comer de lo que en la venta hubiese, y el huésped, con esperanza de mejor paga, con diligencia les aderezó una razonable comida; y a todo esto dormÃa don Quijote, y fueron de parecer de no despertalle, porque más provecho le harÃa por entonces el dormir que el comer( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A la mitad desta plática se halló Sancho presente, y quedó muy confuso y pensativo de lo que habÃa oÃdo decir: que ahora no se usaban caballeros andantes, y que todos los libros de caballerÃas eran necedades y mentiras, y propuso en su corazón de esperar en lo que paraba aquel viaje de su amo, y que, si no salÃa con la felicidad que él pensaba, determinaba de dejalle y volverse con su mujer y sus hijos a su acostumbrado trabajo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y las que se intentan por Dios y por el mundo juntamente, son aquellas de los valerosos soldados, que apenas veen en el contrario muro abierto tanto espacio cuanto es el que pudo hacer una redonda bala de artillerÃa, cuando, puesto aparte todo temor, sin hacer discurso ni advertir al manifiesto peligro que les amenaza, llevados en vuelo de las alas del deseo de volver por su fe, por su nación y por su rey, se arrojan intrépidamente por la mitad de mil contrapuestas muertes que los esperan( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y estás obligado a hacer esto por una razón sola, y es que estando yo, como estoy, determinado de poner en plática esta prueba, no has tú de consentir que yo dé cuenta de mi desatino a otra persona, con que pondrÃa en aventura el honor que tu procuras que no pierda; y cuando el tuyo no esté en el punto que debe en la intención de Camila en tanto que la solicitares, importa poco o nada, pues con brevedad, viendo en ella la entereza que esperamos, le podrás decir la pura verdad de nuestro artificio, con que volverá tu crédito al ser primero.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y con este acuerdo se volvieron a casa de Anselmo, donde hallaron a Camila con ansia y cuidado, esperando a su esposo, porque aquel dÃa tardaba en venir más de lo acostumbrado.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sucedió, pues, que se pasaron muchos dÃas que, sin decir Lotario palabra a Camila, respondÃa a Anselmo que la hablaba, y jamás podÃa sacar della una pequeña muestra de venir en ninguna cosa que mala fuese, ni aun dar una señal de sombra de esperanza; antes decÃa que le amenazaba que si de aquel mal pensamiento no se quitaba, que lo habÃa de decir a su esposo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Mas no por esta sequedad se desmayó en Lotario la esperanza, que siempre nace juntamente con el amor; antes tuvo en más a Camila.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Finge que te ausentas por dos o tres dÃas, como otras veces sueles, y haz de manera que te quedes escondido en tu recámara, pues los tapices que allà hay, y otras cosas con que te puedas encubrir, te ofrecen mucha comodidad, y entonces verás por tus mismos ojos, y yo por los mÃos, lo que Camila quiere; y si fuere la maldad, que se puede temer antes que esperar, con silencio, sagacidad y discreción podrás ser el verdugo de tu agravio( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Absorto, suspenso y admirado quedó Anselmo con las razones de Lotario, porque le cogieron en tiempo donde menos las esperaba oÃr, porque ya tenÃa a Camila por vencedora de los fingidos asaltos de Lotario, y comenzaba a gozar la gloria del vencimiento.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Callando estuvo por un buen espacio, mirando al suelo sin mover pestaña, y al cabo dijo: —Tú lo has hecho, Lotario, como yo esperaba de tu amistad; en todo he de seguir tu consejo; haz lo que quisieres, y guarda aquel secreto que ves que conviene en caso tan no pensado( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Escondido, pues, Anselmo, con aquel sobresalto que se puede imaginar que tendrÃa el que esperaba ver por sus ojos hacer notomÃa de las entrañas de su honra, Ãbase a pique de perder el sumo bien que él pensaba que tenÃa en su querida Camila( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Ponte, Leonela, a esa ventana y llámale; que sin duda alguna él debe de estar en la calle esperando poner en efeto su mala intención( Cervantes - Don Quijote)<>
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* No era tan ignorante Lotario, que desde el primer punto que Camila le dijo que hiciese esconder a Anselmo no hubiese dado en la cuenta de lo que ella pensaba hacer, y asÃ, correspondió con su intención tan discretamente y tan a 253 tiempo, que hicieran los dos pasar aquella mentira por más que cierta verdad, y asÃ, respondió a Camila desta manera: —No pensé yo, hermosa Camila, que me llamabas para preguntarme cosas tan fuera de la intención con que yo aquà vengo; si lo haces por dilatarme la prometida merced, desde más lejos pudieras entretenerla, porque tanto más fatiga el bien deseado cuanto la esperanza está más cerca de poseello; pero porque no digas que no respondo a tus preguntas, digo que conozco a tu esposo Anselmo, y nos conocemos los dos desde nuestros más tiernos años, y no quiero decir lo que tú también sabes de nuestra amistad, por no me hacer testigo del agravio que el amor hace que le haga: poderosa disculpa de mayores yerros.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Si no, dime: ¿cuándo, ¡oh traidor!, respondà a tus ruegos con alguna palabra o señal que pudiese despertar en ti alguna sombra de esperanza de cumplir tus infames deseos? ¿Cuándo tus amorosas palabras no fueron deshechas y reprehendidas de las mÃas con rigor y con aspereza? ¿Cuándo tus muchas promesas y mayores dádivas fueron de mà creÃdas ni admitidas? Pero por parecerme que alguno no puede perseverar en el intento amoroso luengo tiempo si no es sustentado de alguna esperanza, quiero atribuirme a mà la culpa de tu impertinencia, pues sin duda algún descuido mÃo ha sustentado tanto tiempo tu cuidado, y asÃ, quiero castigarme y darme la pena que tu culpa merece.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Si se turbó Camila o no, no hay para qué decirlo, porque fue tanto el temor que cobró, creyendo verdaderamente, y era de creer, que Leonela habÃa de decir a Anselmo todo lo que sabÃa de su poca fe, que no tuvo ánimo para esperar si su sospecha salÃa falsa o no.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En efeto, no sé puntualmente cómo pasó el negocio; sólo sé que toda la ciudad está admirada deste suceso, porque no se podÃa esperar tal hecho de la mucha y familiar amistad de los dos, que dicen que era tanta, que los llamaban «los dos amigos»( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En tanto que esto decÃa Dorotea, aunque Cardenio tenÃa abrazada a Luscinda, no quitaba los ojos de don Fernando, con determinación de que, si le viese hacer algún movimiento en su perjuicio, procurar defenderse y ofender como mejor pudiese a todos aquellos que en su daño se mostrasen, aunque le costase la vida; pero a esta sazón acudieron los amigos de don Fernando, y el cura y el barbero, que a todo habÃan estado presentes, sin que faltase el bueno de Sancho Panza, y todos rodeaban a don Fernando, suplicándole tuviese por bien de mirar las lágrimas de Dorotea, y que, siendo verdad, como sin duda ellos creÃan que lo era, lo que en sus razones habÃa dicho, que no permitiese quedase defraudada de sus tan justas esperanzas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Hasta Sancho Panza lloraba, aunque después dijo que no lloraba él sino por ver que Dorotea no era, como él pensaba, la reina Micomicona, de quien él tantas mercedes esperaba.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Donde se prosigue la historia de la famosa infanta Micomicona, con otras graciosas aventuras Todo esto escuchaba Sancho no con poco dolor de su ánima, viendo que se le desparecÃan e iban en humo las esperanzas de su ditado, y que la linda princesa Micomicona se le habÃa vuelto en Dorotea, y el gigante en don Fernando, y su amo se estaba durmiendo a lo sueño suelto, bien descuidado de todo lo sucedido.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pues esperad que espere que llegue la noche para restaurarse de todas estas incomodidades en la cama que le aguarda, la cual, si no es por su culpa, jamás pecará de estrecha; que bien puede medir en la tierra los pies que quisiere, y revolverse en ella a su sabor, sin temor que se le encojan las sabanas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y ¿qué temor de necesidad y pobreza puede llegar ni fatigar al estudiante, que llegue al que tiene un soldado, que, hallándose cercado en alguna fuerza y estando de posta o guarda en algún revellÃn o caballero, siente que los enemigos están minando hacÃa la parte donde él está, y no puede apartarse de allà por ningún caso, ni huir el peligro que de tan cerca le amenaza? Sólo lo que puede hacer es dar noticia a su capitán de lo que pasa, para que lo remedie con alguna contramina, y él estarse quedo, temiendo y esperando cuándo improvisamente ha de subir a las nubes sin alas y bajar al profundo sin su voluntad.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con esto que dijo hizo que todos se acomodasen y le prestasen un grande silencio, y él, viendo que ya callaban y esperaban lo que decir quisiese, con voz agradable y reposada comenzó a decir desta manera: Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos —En un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje, con quien fue más agradecida y liberal la naturaleza que la fortuna, aunque en la estrecheza de aquellos pueblos todavÃa alcanzaba mi padre fama de rico, y verdaderamente lo fuera si asà se diera maña a conservar su hacienda como se la daba en gastalla.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* 279 ánimo y el deseo de verme en la jornada que se esperaba; y aunque tenÃa barruntos, y casi promesas ciertas, de que en la primera ocasión que se ofreciese serÃa promovido a capitán, lo quise dejar todo y venirme, como me vine, a Italia.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y aquel dÃa, que fue para la cristiandad tan dichoso, porque en él se desengañó el mundo y todas las naciones del error en que estaban, creyendo que los turcos eran invencibles por la mar, en aquel dÃa, digo, donde quedó el orgullo y soberbia otomana quebrantada, entre tantos venturosos como allà hubo, porque más ventura tuvieron los cristianos que allà murieron, que los que vivos y vencedores quedaron, yo solo fui el desdichado; pues, en cambio de que pudiera esperar, si fuera en los romanos siglos, alguna naval corona, me vi aquella noche, que siguió a tan famoso dÃa, con cadenas a los pies y esposas a las manos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Porque todos los leventes y genÃzaros que en ella venÃan tuvieron por cierto que les habÃan de embestir dentro del mesmo puerto, y tenÃan a punto su ropa y pasamaques, que son sus zapatos, para huirse luego por tierra sin esperar ser combatidos: tanto era el miedo que habÃan cobrado a nuestra armada.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Volvimos a Constantinopla, y el año siguiente, que fue el de setenta y tres, se supo en ella cómo el señor don Juan habÃa ganado a Túnez y quitado aquel reino a los turcos, y puesto en posesión dél a Muley Hamet, cortando las esperanzas que de volver a reinar en él tenÃa Muley Hamida, el moro más cruel y más valiente que tuvo el mundo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En todos estos trances andaba yo al remo, sin esperanza de libertad alguna; a lo menos no esperaba tenerla por rescate, porque tenÃa determinado de no escribir las nuevas de mi desgracia a mà padre.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Fue común opinión que no se habÃan de encerrar los nuestros en la Goleta, sino esperar en campaña al desembarcadero, y los que esto dicen hablan de lejos y con poca experiencia de casos semejantes; porque si en la Goleta y en el Fuerte apenas habÃa siete mil soldados, ¿cómo podÃa tan poco número, aunque más esforzados fuesen, salir a la campaña y quedar en las fuerzas contra tanto como era el de los enemigos? Y ¿cómo es posible dejar de perderse fuerza que no es socorrida, y más cuando la cercan enemigos muchos y porfiados y en su mesma tierra? Pero a muchos les pareció, y asà me pareció a mÃ, que fue particular gracia y merced que el cielo hizo a España en permitir que se asolase aquella oficina y capa de maldades, y aquella gomia o esponja y polilla de la infinidad de dineros que allà sin provecho se gastaban, sin servir de otra cosa que de conservar la memoria de haberla ganado la felicÃsima del invictÃsimo Carlos Quinto, como si fuera menester para hacerla eterna, como lo es y será, que aquellas piedras la sustentaran.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llamábase Azán Agá, y llegó a ser muy rico y a ser rey de Argel, con el cual yo vine de Constantinopla algo contento por estar tan cerca de España, no porque pensase escribir a nadie el desdichado suceso mÃo, sino por ver si me era más favorable la suerte en Argel que en Constantinopla, donde ya habÃa probado mil maneras de huirme, y ninguna tuvo sazón ni ventura; y pensaba en Argel buscar otros medios de alcanzar lo que tanto deseaba, porque jamás me desamparó la esperanza de tener libertad, y cuando en lo que fabricaba, pensaba y ponÃa por obra no correspondÃa el suceso a la intención, luego, sin abandonarme, fingÃa y buscaba otra esperanza que me sustentase, aunque fuese débil y flaca.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Asà como la vi, aunque no podÃa ver quién la ponÃa, mostré el papel como dando a entender pusiesen el hilo; pero ya venÃa puesto en la caña, al cual até el papel, y de allà a poco tornó a parecer nuestra estrella con la blanca bandera de paz del atadillo; dejáronla caer, y alcé yo y hallé en el paño, en toda suerte de moneda de plata y de oro, más de cincuenta escudos, los cuales cincuenta veces más doblaron nuestro contento y confirmaron la esperanza de tener libertad( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Digo, pues, que cada vez que pasaba con su barca daba fondo en una caleta que estaba no dos tiros de ballesta del jardÃn donde Zoraida esperaba, y allÃ, muy de propósito, se ponÃa el renegado con los morillos que bogaban el remo, o ya a hacer la zalá, o a como por ensayarse de burlas a lo que pensaba hacer de veras; y asÃ, se iba al jardÃn de Zoraida y le pedÃa fruta; y su padre se la daba sin conocelle, y aunque él quisiera hablar a Zoraida, como él después me dijo, y decille que él era el que por orden mÃa le habÃa de llevar a tierra de cristianos, que estuviese contenta y segura, nunca le fue posible, porque las moras no se dejan ver de ningún moro ni turco, si no es que su marido o su padre se lo manden.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A cada uno di este aviso de por sÃ, con orden que, aunque allà viesen a otros cristianos, no les dijesen sino que yo les habÃa mandado esperar en aquel lugar.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* «Mañana creo yo», dije, «porque está aquà un bajel de Francia que se hace mañana a la vela, y pienso irme en él.» «¿No es mejor», replicó Zoraida, «esperar a que vengan bajeles de España y irte con ellos, que no con los de Francia, que no son vuestros amigos?» «No», respondà yo; «aunque si como hay nuevas que viene ya un bajel de España es verdad, todavÃa yo le aguardaré, puesto que es más cierto el partirme mañana, porque el deseo que tengo de verme en mi tierra y con las personas que bien quiero es tanto, que no me dejará esperar otra comodidad si se tarda, por mejor que sea.» «Debes de ser, sin duda, casado en tu tierra», dijo Zoraida, «y por eso deseas ir a verte con tu mujer.» «No soy», respondà yo, «casado, mas tengo dada la palabra de casarme en llegando allá.» «Y ¿es hermosa la dama a quien se la diste?», dijo Zoraida.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* «Pues será menester despertalle», replicó el renegado, «y llevárnosle con nosotros, y todo aquello que tiene de valor este hermoso jardÃn.» «No», dijo ella; «a mi padre no se ha de tocar en ningún modo; y en esta casa no hay otra cosa que lo que yo llevo, que es tanto, que bien habrá para que todos quedéis ricos y contentos; y esperaros un poco 294y lo veréis.» Y, diciendo esto, se volvió a entrar, diciendo que muy presto volverÃa; que nos estuviésemos quedos, sin hacer ningún ruido.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Mas entonces siendo más necesarios los pies, con diligencia y presteza nos pusimos en la barca, que ya los que en ella habÃan quedado nos esperaban, temerosos de algún mal suceso nuestro.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Dimos de comer a los moros bagarinos y el renegado les consoló, diciéndoles como no iban cautivos: que en la primera ocasión les darÃan libertad; lo mismo se le dijo al padre de Zoraida, el cual respondió: «Cualquiera otra cosa pudiera yo esperar y creer de vuestra liberalidad y buen término, ¡oh cristianos!; mas el darme libertad, no me tengáis por tan simple que lo imagine; que nunca os pusistes vosotros al peligro de quitármela para volverla tan liberalmente, especialmente sabiendo quién soy yo, y el interese que se os puede seguir de dármela, el cual interese, si le queréis poner nombre, desde aquà os ofrezco todo aquello que quisiéredes por mà y por esa desdichada hija mÃa, o si no, por ella sola, que es la mayor y la mejor parte de mi alma.» En diciendo esto, comenzó a llorar tan amargamente, que a todos nos movió a compasión, y forzó a Zoraida que le mirase; la cual, viéndole llorar, asà se enterneció, que se levantó de mis pies y fue a abrazar a su padre, y juntando su rostro con el suyo comenzaron los dos tan tierno llanto, que muchos de los que allà Ãbamos le acompañamos en él; pero cuando su padre la vio adornada de fiesta y con tantas joyas sobre sÃ, le dijo en su lengua: «¿Qué es esto, hija, que ayer al anochecer antes que nos sucediese esta terrible desgracia en que nos vemos, te vi con tus ordinarios y caseros vestidos, y agora, sin que hayas tenido tiempo de vestirte, y sin haberte dado alguna nueva alegre de solenizalle con adornarte y pulirte, te veo compuesta con los mejores vestidos que yo supe y pude darte cuando nos fue la ventura más favorable? Respóndeme a esto, que me tienes más suspenso y admirado que la misma desgracia en que me hallo.» Todo lo que el moro decÃa a su hija nos lo declaraba el renegado, y ella no le respondÃa palabra; pero cuando él vio a un lado de la barca el cofrecillo donde ella solÃa tener sus joyas, el cual sabÃa él bien que le habÃa dejado en Argel y no traÃdole al jardÃn, quedó más confuso, y preguntole que cómo aquel cofre habÃa venido a nuestras manos, y qué era lo que venÃa dentro.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con todo esto determinamos de entrarnos la tierra adentro, pues no podrÃa ser menos sino que presto descubriésemos quien nos diese noticia della; pero lo que a mà más me fatigaba era el ver ir a pie a Zoraida por aquellas asperezas, que, puesto que alguna vez la puse sobre mis hombros, más le cansaba a ella mi cansancio que la reposaba su reposo, y asÃ, nunca más quiso que yo aquel trabajo tomase; y con mucha paciencia y muestras de alegrÃa, llevándola yo siempre de la mano, poco menos de un cuarto de legua debÃamos de haber andado, cuando llegó a nuestros oÃdos el son de una pequeña esquila, señal clara que por allà cerca habÃa ganado, y, mirando todos con atención si alguno se parecÃa, vimos al pie de un alcornoque un pastor mozo, que con grande reposo y descuido estaba labrando un palo con un cuchillo; dimos voces, y él, alzando la cabeza, se puso ligeramente en pie, y a lo que después supimos, los primeros que a la vista se le ofrecieron fueron el renegado y Zoraida, y, como él los vio en hábito de moros, pensó que todos los de la BerberÃa estaban sobre él, y, metiéndose con estraña ligereza por el bosque adelante, comenzó a dar los mayores gritos del mundo, diciendo: «¡Moros, moros hay en la tierra; moros, moros, arma, arma!» Con estas voces quedamos todos confusos, y no sabÃamos qué hacernos, pero considerando que las voces del pastor habÃan de alborotar la tierra, y que la caballerÃa de la costa habÃa de venir luego a ver lo que era, acordamos que el renegado se desnudase las ropas de turco y se vistiese un gilecuelco o casaca de cautivo que uno de nosotros le dio luego, aunque se quedó en camisa; y asÃ, encomendándonos a Dios, fuimos por el mismo camino que vimos que el pastor llevaba, esperando siempre cuándo habÃa de dar sobre nosotros la caballerÃa de la costa; y no nos engañó nuestro pensamiento, porque aún no habrÃan pasado dos horas, cuando, habiendo ya salido de aquellas malezas a un llano, descubrimos hasta cincuenta caballeros que con gran ligereza, corriendo a media rienda, a nosotros se venÃan, y asà como los vimos nos estuvimos quedos aguardándolos; pero como ellos llegaron y vieron, en lugar de los moros que buscaban, tanto pobre cristiano, quedaron confusos, y uno dellos nos preguntó si éramos nosotros acaso la ocasión porque un pastor habÃa apellidado al arma.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero fuele la fortuna contraria, pues donde la pudiera esperar y tener buena, allà la perdió con perder la libertad, en la felicÃsima jornada donde tantos la cobraron, que fue en la batalla de Lepanto.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Estaba esperando el capitán a ver lo que el cura querÃa hacer, que fue que, tomándole a él asimesmo de la otra mano, con entrambos a dos, se fue donde el oidor y los demás caballeros estaban, y dijo: —Cesen, señor oidor, vuestras lágrimas, y cólmese vuestro deseo de todo el bien que acertare a desearse, pues tenéis delante a vuestro buen hermano, y a vuestra buena cuñada; este que aquà veis es el capitán Viedma, y esta la hermosa mora que tanto bien le hizo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y con esto se fue Cardenio, y Dorotea, poniendo toda la atención posible, entendió que lo que se cantaba era esto: Donde se cuenta la agradable historia del mozo de mulas, con otros estraños acaecimientos en la venta sucedidos —Marinero soy de amor, y en su piélago profundo navego sin esperanza de llegar a puerto alguno( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, por no oÃlle, se tapó con las manos entrambos oÃdos, de lo que también se admiró Dorotea; la cual, estando atenta a lo que se cantaba, vio que proseguÃan en esta manera: —Dulce esperanza mÃa, que, rompiendo imposibles y malezas, sigues firme la vÃa que tú mesma te finges y aderezas, no te desmaye el verte a cada paso junto al de tu muerte( Cervantes - Don Quijote)<>
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* No digáis más, digo, y esperad que venga el nuevo dÃa; que yo espero en Dios de encaminar de manera vuestros negocios, que tengan el felice fin que tan honestos principios merecen( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —¡Ay, señora! —dijo doña Clara—, ¿qué fin se puede esperar, si su padre es tan principal y tan rico que le parecerá que aun yo no puedo ser criada de su hijo, cuanto más esposa? Pues casarme yo a hurto de mi padre, no lo haré por cuanto hay en el mundo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Estaba, pues, como se ha dicho, de pies sobre Rocinante, metido todo el brazo por el agujero, y atado de la muñeca y al cerrojo de la puerta, con grandÃsimo temor y cuidado que si Rocinante se desviaba a un cabo o a otro, habÃa de quedar colgado del brazo; y asÃ, no osaba hacer movimiento alguno, puesto que de la paciencia y quietud de Rocinante bien se podÃa esperar que estarÃa sin moverse un siglo entero( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Allà fue el desear de la espada de AmadÃs, contra quien no tenÃa fuerza encantamento alguno; allà fue el maldecir de su fortuna; allà fue el exagerar la falta que harÃa en el mundo su presencia el tiempo que allà estuviese encantado, que sin duda alguna se habÃa creÃdo que lo estaba; allà el acordarse de nuevo de su querida Dulcinea del Toboso; allà fue el llamar a su buen escudero Sancho Panza, que, sepultado en sueño, y tendido sobre el albarda de su jumento, no se acordaba en aquel instante de la madre que lo habÃa parido; allà 311 llamó a los sabios Lirgandeo y Alquife, que le ayudasen; allà invocó a su buena amiga Urganda, que le socorriese, y, finalmente, allà le tomó la mañana, tan desesperado y confuso, que bramaba como un toro; porque no esperaba él que con el dÃa se remediarÃa su cuita, porque la tenÃa por eterna, teniéndose por encantado.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llamaron a la puerta de la venta, que aún estaba cerrada, con grandes golpes, lo cual visto por don Quijote desde donde aún no dejaba de hacer la centinela, con voz arrogante y alta, dijo: —Caballeros, o escuderos, o quienquiera que seáis, no tenéis para qué llamar a las puertas deste castillo; que asaz de claro está que a tales horas, o los que están dentro duermen, o no tienen por costumbre de abrirse las fortalezas hasta que el sol esté tendido por todo el suelo; desviaos afuera, y esperad que aclare el dÃa, y entonces veremos si será justo o no que os abran( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sucedió en este tiempo que una de las cabalgaduras en que venÃan los cuatro que llamaban se llegó a oler a Rocinante, que, melancólico y triste, con las orejas caÃdas, sostenÃa sin moverse a su estirado señor; y como, en fin, era de carne aunque parecÃa de leño, no pudo dejar de resentirse y tornar a oler a quien le llegaba a hacer caricias, y asÃ, no se hubo movido tanto cuanto, cuando se desviaron los juntos pies de don Quijote, y, resbalando de la silla, dieran con él en el suelo a no quedar colgado del brazo, cosa que le causó 312tanto dolor, que creyó, o que la muñeca le cortaban, o que el brazo se le arrancaba, porque él quedó tan cerca del suelo, que con los estremos de las puntas de los pies besaba la tierra, que era en su perjuicio, porque como sentÃa lo poco que le faltaba para poner las plantas en la tierra, fatigábase y estirábase cuanto podÃa por alcanzar al suelo, bien asà como los que están en el tormento de la garrucha puestos a toca no toca, que ellos mesmos son causa de acrecentar su dolor con el ahÃnco que ponen en estirarse, engañados de la esperanza que se les representa, que con poco más que se estiren llegarán al suelo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero por parecerle no convenirle ni estarle bien comenzar nueva empresa hasta poner a Micomicona en su reino, hubo de callar y estarse quedo, esperando a ver en qué paraban las diligencias de aquellos caminantes, uno de los cuales halló al mancebo que buscaba durmiendo al lado de un mozo de mulas, bien descuidado de que nadie ni le buscase, ni menos de que le hallase.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Limpiose el mozo los soñolientos ojos, y miró de espacio al que le tenÃa asido, y luego conoció que era criado de su padre, de que recibió tal sobresalto, que no acertó o no pudo hablarle palabra por un buen espacio, y el criado prosiguió, diciendo: —Aquà no hay que hacer otra cosa, señor don Luis, sino prestar paciencia y dar la vuelta a casa, si ya vuestra merced no gusta que su padre y mi señor la dé al otro mundo, porque no se puede esperar otra cosa de la pena con que queda por vuestra ausencia( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Calló en diciendo esto el enamorado mancebo, y el oidor quedó en oÃrle suspenso, confuso y admirado, asà de haber oÃdo el modo y la discreción con que don Luis le habÃa descubierto su pensamiento, como de verse en punto que no sabÃa él qué poder tomar en tan repentino y no esperado negocio; y asÃ, no respondió otra cosa sino que se sosegase por entonces, y entretuviese a sus criados, que por aquel dÃa no le volviesen, porque se tuviese tiempo para considerar lo que mejor a todos estuviese.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Mal haya el diablo; que si por su reverencia no fuera, esta fuera ya la hora que mi señor estuviera casado con la infanta Micomicona, y yo fuera conde por lo menos, pues no se podÃa esperar otra cosa, asà de la bondad de mi señor, el de la Triste Figura, como de la grandeza de mis servicios.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* De mis hijos y de mi mujer me pesa, pues cuando podÃan y debÃan esperar ver entrar a su padre por sus puertas hecho gobernador o visorrey de alguna Ãnsula o reino, le verán entrar hecho mozo de caballos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y contole el escrutinio que dellos habÃa hecho, y los que habÃa condenado al fuego y dejado con vida, de que no poco se rió el canónigo; y dijo que, con todo cuanto mal habÃa dicho de tales libros, hallaba en ellos una cosa buena, que era el sujeto8811 que ofrecÃan para que un buen entendimiento pudiese mostrarse en ellos, porque daban largo y espacioso campo por donde sin empacho alguno pudiese correr la pluma, describiendo naufragios, tormentas, rencuentros y batallas; pintando un capitán valeroso, con todas las partes que para ser tal se requieren, mostrándose prudente, previniendo las astucias de sus enemigos, y elocuente orador, persuadiendo o disuadiendo a sus soldados, maduro en el consejo, presto en lo determinado, tan valiente en el esperar como en el acometer; pintando ora un lamentable y trágico suceso, ahora un alegre y no pensado acontecimiento; allà una hermosÃsima dama, honesta, discreta y recatada; aquà un caballero cristiano, valiente y comedido; acullá un desaforado bárbaro fanfarrón; acá un prÃncipe cortes, valeroso y bien mirado; representando bondad y lealtad de vasallos, grandezas y mercedes de señores.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Eso pido —replicó Sancho—, y lo que quiero saber es que me diga, sin añadir ni quitar cosa ninguna, sino con toda verdad, como se espera que la han de decir y la dicen todos aquellos que profesan las armas, como vuestra merced las profesa, debajo de tÃtulo de caballeros andantes..( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Mirábalo el canónigo y admirábase de ver la estrañeza de su grande locura, y de que en cuanto hablaba y respondÃa mostraba tener bonÃsimo entendimiento; solamente venÃa a perder los estribos, como otras veces se ha dicho, en tratándole de caballerÃa; y asÃ, movido de compasión, después de haberse sentado todos en la verde yerba para esperar el repuesto del canónigo, le dijo: —¿Es posible, señor hidalgo, que haya podido tanto con vuestra merced la amarga y ociosa letura de los libros de caballerÃas, que le hayan vuelto el juicio de modo que venga a creer que va encantado, con otras cosas deste jaez, tan lejos de ser verdaderas como lo está la mesma mentira de la verdad? Y ¿cómo es posible que haya entendimiento humano que se de a entender que ha habido en el mundo aquella infinidad de Amadises, y aquella turbamulta de tanto 91 El narrador pasa del estilo directo del párrafo anterior al indirecto( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Porque querer dar a entender a nadie que AmadÃs no fue en el mundo, ni todos los otros caballeros aventureros de que están colmadas las historias, será querer persuadir que el sol no alumbra, ni el yelo enfrÃa, ni la tierra sustenta; porque ¿qué ingenio puede haber en el mundo que pueda persuadir a otro que no fue verdad lo de la infanta Floripes y Guy de Borgoña? ¿Y lo de Fierabrás con la puente de Mantible, que sucedió en el tiempo de Carlomagno, que voto a tal que es tanta verdad como es ahora de dÃa? Y si es mentira, también lo debe de ser que no hubo Héctor, ni Aquiles, ni la guerra de Troya, ni los Doce Pares de Francia, ni el rey Artús de Ingalaterra, que anda hasta ahora convertido en cuervo, y le esperan en su reino por momentos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Casi estas últimas palabras oyó Sancho a su amo, a quien dijo: —Trabaje vuestra merced, señor don Quijote, en darme ese condado, tan prometido de vuestra merced como de mà esperado; que yo le prometo que no me falte a mà habilidad para gobernarle, y, cuando me faltare, yo he oÃdo decir que hay hombres en el mundo que toman en arrendamiento los estados de los señores y les dan un tanto cada año; y ellos se tienen cuidado del gobierno, y el señor se está a pierna tendida, gozando de la renta que le dan, sin curarse de otra cosa; y asà haré yo, y no repararé en tanto más cuanto, sino que luego me desistiré de todo, y me gozaré mi renta como un duque; y allá se lo hayan( Cervantes - Don Quijote)<>
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* La riqueza del padre y la belleza de la hija movieron a muchos, asà del pueblo como forasteros, a que por mujer se la pidiesen; mas él, como a quien tocaba disponer de tan rica joya, andaba confuso, sin saber determinarse a quién la entregarÃa de los infinitos que le importunaban; y entre los muchos que tan buen deseo tenÃan, fui yo uno, a quien dieron muchas y grandes esperanzas de buen suceso conocer que el padre conocÃa quien yo era, el ser natural del mismo pueblo, limpio en sangre, en la edad floreciente, en la hacienda muy rico y en el ingenio no menos acabado.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Duro se nos hizo de creer la continencia del mozo, pero ella lo afirmó con tantas veras, que fueron parte para que el desconsolado padre se consolase, no haciendo cuenta de las riquezas que le llevaban, pues le habÃan dejado a su hija con la joya que, si una vez se pierde, no deja esperanza de que jamás se cobre.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* El mismo dÃa que pareció Leandra la despareció su padre de nuestros ojos y la llevó a encerrar en un monesterio de una villa que está aquà cerca, esperando que el tiempo gaste alguna parte de la mala opinión en que su hija se puso.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* No hay hueco de peña, ni margen de arroyo, ni sombra de árbol que no esté ocupada de algún pastor que sus desventuras a los aires cuente; el eco repite el nombre de Leandra dondequiera que pueda formarse; Leandra resuenan los montes, Leandra murmuran los arroyos, y Leandra nos tiene a todos suspensos y encantados, esperando sin esperanza y temiendo sin saber de qué tememos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Ya en esto llegaron todos los de la compañÃa de don Quijote adonde él estaba; mas los de la procesión, que los vieron venir corriendo, y con ellos los cuadrilleros con sus ballestas, temieron algún mal suceso y hiciéronse todos un remolino alrededor de la imagen, y alzados los capirotes, empuñando las diciplinas y los clérigos los ciriales, esperaban el asalto, con determinación de defenderse y aun ofender, si pudiesen, a sus acometedores; pero la fortuna lo hizo mejor que se pensaba, porque Sancho no hizo otra cosa que arrojarse sobre el cuerpo de su señor, haciendo sobre él el más doloroso y risueño llanto del mundo, creyendo que estaba muerto( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero, con todo eso, es linda cosa esperar los sucesos, atravesando montes, escudriñando selvas, pisando peñas, visitando castillos, alojando en ventas a toda discreción, sin pagar ofrecido sea al diablo el maravedÃ9977( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¡Oh vanas esperanzas de la gente, cómo pasáis con prometer descanso, y al fin paráis en sombra, en humo, en sueño! DEL CACHIDIABLO, ACADÉMICO DE LA ARGAMASILLA, EN LA SEPULTURA DE DON QUIJOTE Epitafio Aquà yace el caballero bien molido y mal andante, a quien llevó Rocinante por uno y otro sendero( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Tiénese noticia que lo ha hecho, a costa de muchas vigilias y mucho trabajo, y que tiene intención de sacallos a luz con esperanza de la tercera salida de don Quijote( Cervantes - Don Quijote)<>
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* YO EL REY Por mandado del Rey nuestro señor, Pedro de Contreras Válame Dios, y con cuanta gana debes de estar esperando ahora, lector ilustre o quier plebeyo, este prólogo, creyendo hallar en él venganzas, riñas y vituperios del autor del segundo Don Quijote, digo de aquel que dicen que se engendró en Tordesillas y nació en Tarragona.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Lo que no he podido dejar de sentir es que me note de viejo y de manco, como si hubiera sido en mi mano haber detenido el tiempo que no pasase por mÃ, o si mi manquedad hubiera nacido en alguna taberna, sino en la mas alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con esta buena fee, el buen capellán pidió al retor mandase dar los vestidos con que allà habÃa entrado el licenciado; volvió a decir el retor que mirase lo que hacÃa, porque sin duda alguna el licenciado aún se estaba loco; no sirvieron de nada para con el capellán las prevenciones y advertimientos del retor para que dejase de llevarle; obedeció el retor, viendo ser orden del arzobispo; pusieron al licenciado sus vestidos, que eran nuevos y decentes, y como él se vio vestido de cuerdo y desnudo de loco, suplicó al capellán que por caridad le diese licencia para ir a despedirse de sus compañeros los locos; el capellán dijo que él le querÃa acompañar y ver los locos que en la casa habÃa; subieron, en efeto, y con ellos algunos que se hallaron presentes, y llegado el licenciado a una jaula adonde estaba un loco furioso, aunque entonces sosegado y quieto, le dijo: «Hermano mÃo, mire si me manda algo, que me voy a mi casa; que ya Dios ha sido servido por su infinita bondad y misericordÃa, sin yo merecerlo, de volverme mi juicio; ya estoy sano y cuerdo, que acerca del poder de Dios ninguna cosa es imposible; tenga grande esperanza y confianza en Él, que pues a mà me ha vuelto a mi primero estado, también le volverá a él, si en Él confÃa; yo tendré cuidado de enviarle algunos regalos que coma, y cómalos en todo caso, que le hago saber que imagino, como quien ha pasado por ello, que todas nuestras locuras proceden de tener los estómagos vacÃos y los celebros llenos de aire; esfuércese, esfuércese, que el descaecimiento en los infortunios apoca la salud y acarrea la muerte».( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Del ridÃculo razonamiento que pasó entre don Quijote, Sancho Panza y el bachiller Sansón Carrasco Pensativo a demás quedó don Quijote, esperando al bachiller Carrasco, de quien esperaba oÃr las nuevas de sà mismo puestas en libro como habÃa dicho 381 382Sancho, y no se podÃa persuadir a que tal historia hubiese, pues aún no estaba enjuta en la cuchilla de su espada la sangre de los enemigos que habÃa muerto, y ya querÃan que anduviesen en estampa sus altas caballerÃas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con esto se consoló algún tanto, pero desconsolole pensar que su autor era moro, según aquel nombre de Cide, y de los moros no se podÃa esperar verdad alguna; porque todos son embelecadores, falsarios y quimeristas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, sin esperar respuesta ni decir otra palabra, se fue a su casa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Asà es, sin duda —dijo Sansón—, pero ¿qué se hicieron los cien escudos?; ¿deshiciéronse? Respondió Sancho: —Yo los gasté en pro de mi persona y de la de mi mujer y de mis hijos, y ellos han sido causa de que mi mujer lleve en paciencia los caminos y carreras que he andado sirviendo a mi señor don Quijote; que si al cabo de tanto tiempo volviera sin blanca y sin el jumento a mi casa, negra ventura me esperaba; y si hay más que saber de mÃ, aquà estoy, que responderé al mesmo rey en presona, y nadie tiene para qué meterse en si truje o no truje, si gasté o no gasté; que si los palos que me dieron en estos viajes se hubieran de pagar a dinero, aunque no se tasaran sino a cuatro maravedÃs cada uno, en otros cien escudos no habÃa para pagarme la mitad; y cada uno meta la mano en su pecho y no se ponga a juzgar lo blanco por lo negro y lo negro por blanco; que cada uno es como Dios le hizo, y aun peor muchas veces( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Mirad, Teresa —respondió Sancho—: yo estoy alegre porque tengo determinado de volver a servir a mi amo don Quijote, el cual quiere la vez tercera salir a buscar las aventuras, y yo vuelvo a salir con él porque lo quiere asà mi necesidad, junto con la esperanza que me alegra de pensar si podré hallar otros cien escudos como los ya gastados, puesto que me entristece el haberme de apartar de ti y de mis hijos; y si Dios quisiera darme de comer a pie enjuto y en mi casa, sin traerme por vericuetos y encrucijadas, pues lo podÃa hacer a poca costa y no más de quererlo, claro está que mi alegrÃa fuera más firme y valedera, pues que la que tengo va mezclada con la tristeza del dejarte; asÃ, que dije bien que holgara, si Dios quisiera, de no estar contento( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Si con estas esperanzas y aditamentos vos, Sancho, gustáis de volver a servirme, sea en buena hora; que pensar que yo he de sacar de sus términos y quicios la antigua usanza de la caballerÃa andante, es pensar en lo escusado( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y advertid, hijo, que vale más buena esperanza que ruin posesión, y buena queja que mala paga.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sancho, que vio suspenso a su señor, y asaz malcontento, le dijo: —Señor, ya se viene a más andar el dÃa y no será acertado dejar que nos halle el sol en la calle; mejor será que nos salgamos fuera de la ciudad, y que vuestra merced se embosque en alguna floresta aquà cercana, y yo volveré de dÃa, y no dejaré ostugo en todo este lugar donde no busque la casa, alcázar o palacio de mi señora, y asaz serÃa de desdichado si no la hallase, y hallándole, hablaré con su merced, y le diré dónde y cómo queda vuestra merced esperando que le dé orden y traza para verla sin menoscabo de su honra y fama( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Donde se cuenta la industria que Sancho tuvo para encantar a la señora Dulcinea, y de otros sucesos tan ridÃculos como verdaderos Llegando el autor desta grande historia a contar lo que en este capÃtulo cuenta, dice que quisiera pasarle en silencio, temeroso de que no habÃa de ser creÃdo; porque las locuras de don Quijote llegaron aquà al termino y raya de las mayores que pueden imaginarse, y aun pasaron dos tiros de ballesta más allá de las mayores; finalmente, aunque con este miedo y recelo, las escribió de la misma manera que él las hizo, sin añadir ni quitar a la historia un átomo de la verdad, sin dársele nada por las objeciones que podÃan ponerle de mentiroso; y tuvo razón, porque la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua; y, asÃ, prosiguiendo su historia, dice que, asà como don Quijote se emboscó en la floresta, encinar, o selva junto al gran Toboso, mandó a Sancho volver a la ciudad, y que no volviese a su presencia sin haber primero hablado de su parte a su señora, pidiéndola fuese servida de dejarse ver de su cautivo caballero y se dignase de echarle su bendición para que pudiese esperar por ella felicÃsimos sucesos de todos sus acometimientos y dificultosas empresas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Ve, amigo, y guÃete otra mejor ventura que la mÃa, y, vuélvate otro mejor suceso del que yo quedo temiendo y esperando en esta amarga soledad en que me dejas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Vamos, Sancho hijo —respondió don Quijote—, y en albricias destas no esperadas como buenas nuevas te mando el mejor despojo que ganare en la primera aventura que tuviere, y si esto no te contenta, te mando las crÃas que este año me dieren las tres yeguas mÃas, que tú sabes que quedan para parir en el prado concejil de nuestro pueblo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, diciendo esto, volvió a la carreta, que ya estaba bien cerca del pueblo; y iba dando voces, diciendo: —Deteneos, esperad, turba alegre y regocijada; que os quiero dar a entender cómo se han de tratar los jumentos y alimañas que sirven de caballerÃa a los escuderos de los caballeros andantes( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Tan altos eran los gritos de don Quijote, que los oyeron y entendieron los de la carreta, y, juzgando por las palabras la intención del que las decÃa, en un instante saltó la Muerte de la carreta, y tras ella, el Emperador, el Diablo carretero y el Ãngel, sin quedarse la Reina ni el dios Cupido, y todos se cargaron de piedras y se pusieron en ala, esperando recebir a don Quijote en las puntas de sus guijarros.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todo eso se puede llevar y conllevar —dijo el del Bosque—, con la esperanza que tenemos del premio, porque si demasiadamente no es desgraciado el caballero andante a quien un escudero sirve, por lo menos, a pocos lances se verá premiado con un hermoso gobierno de cualque Ãnsula, o con un condado de buen parecer( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Esta tal Casildea, pues, que voy contando, pagó mis buenos pensamientos y comedidos deseos con hacerme ocupar, como su madrina a Hércules, en muchos y diversos peligros, prometiéndome al fin de cada uno, que en el fin del otro llegarÃa el de mi esperanza; pero asà se han ido eslabonando mis trabajos, que no tienen cuento, ni yo sé cuál ha de ser el último que dé principio al cumplimiento de mis buenos deseos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Detuve el movimiento a la Giralda, pesé los toros de Guisando, despeñeme en la sima y saqué a luz lo escondido de su abismo, y mis esperanzas, muertas que muertas, y sus mandamientos y desdenes, vivos que vivos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, diciendo esto, se levantó en pie y se empuñó en la espada, esperando qué resolución tomarÃa el Caballero del Bosque, el cual, con voz asimismo sosegada, respondió y dijo: —Al buen pagador no le duelen prendas; el que una vez, señor don Quijote, pudo venceros transformado, bien podrá tener esperanza de rendiros en vuestro propio ser.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En lo que se detuvo don Quijote en que Sancho subiese en el alcornoque, tomó el de los Espejos del campo lo que le pareció necesario, y creyendo que lo mismo habrÃa hecho don Quijote, sin esperar son de trompeta ni otra señal que los avisase, volvió las riendas a su caballo, que no era mas ligero ni de mejor parecer que Rocinante, y a todo su correr, que era un mediano trote, iba a encontrar a su enemigo; pero viéndole ocupado en la subida de Sancho, detuvo las riendas y parose en la mitad de la carrera, de lo que el caballo quedó agradecidÃsimo, a causa que ya no podÃa moverse.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Donde se cuenta y da noticia de quién era el Caballero de los Espejos y su escudero En estremo contento, ufano y vanaglorioso iba don Quijote por haber alcanzado vitoria de tan valiente caballero como él se imaginaba que era el de los Espejos, de cuya caballeresca palabra esperaba saber si el encantamento de su señora pasaba adelante, pues era forzoso que el tal vencido caballero volviese, so pena de no serlo, a darle razón de lo que con ella le hubiese sucedido( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, llegándose a don Quijote, que estaba dando priesa al leonero que abriese las jaulas, le dijo: —Señor caballero: los caballeros andantes han de acometer las aventuras que prometen esperanza de salir bien dellas, y no aquellas que de todo en todo la quitan; porque la valentÃa que se entra en la juridición de la temeridad, más tiene de locura que de fortaleza.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A estas añadió otras razones con que quitó las esperanzas de que no habÃa de dejar de proseguir su desvariado intento.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* La grandeza del corazón de vuesa merced ya está bien declarada; 445 446ningún bravo peleante, según a mà se me alcanza, está obligado a más que a desafiar a su enemigo y esperarle en campaña, y si el contrario no acude, en él se queda la infamia, y el esperante gana la corona del vencimiento( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Conviene a saber: como tú abriste al león, yo le esperé, él no lo salió, volvile a esperar, volvió a no salir y volviose a acostar.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con los referidos atavÃos y con gentil donaire y gallardÃa salió don Quijote a otra sala, donde el estudiante le estaba esperando para entretenerle en tanto que las mesas se ponÃan; que por la venida de tan noble huésped querÃa la señora doña Cristina mostrar que sabÃa y podÃa regalar a los que a su casa llegasen( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Yo me daré a entender —respondió don Lorenzo—, y por ahora esté vuesa merced atento a los versos glosados y a la glosa, que dicen desta manera: ¡Si mi fue tornase a es, sin esperar más será, o viniese el tiempo ya de lo que será después!112211 451 121 Estos versos glosados o mote no son de Cervantes.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Si tú me vuelves allá, fortuna, templado está todo el rigor de mi fuego, y más si este bien es luego, sin esperar más será( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Vivo en perpleja vida, ya esperando, ya temiendo, es muerte muy conocida, y es mucho mejor muriendo buscar al dolor salida( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Cuatro dÃas estuvo don Quijote regaladÃsimo en la casa de don Diego, al cabo de los cuales le pidió licencia para irse, diciéndole que le agradecÃa la merced y buen tratamiento que en su casa habÃa recebido, pero que por no parecer bien que los caballeros andantes se den muchas horas al ocio y al regalo se querÃa ir a cumplir con su oficio, buscando las aventuras, de quien tenÃa noticia que aquella tierra abundaba, donde esperaba entretener el tiempo hasta que llegase el dÃa de las justas de Zaragoza, que era el de su derecha derrota112233, y que primero habÃa de entrar en la cueva de Montesinos, de quien tantas y tan admirables cosas en aquellos contornos se contaban, sabiendo e inquiriendo 453 122 Historia trágica de dos amantes famosos, contada por Ovidio en su Metamorfosis, que murieron vÃctimas de una cadena de equivocaciones, como Romeo y Julieta( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Que cuando comienzas a ensartar refranes y cuentos, no te puede esperar sino el mesmo Judas, que te lleve.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, levantándose abrazó al licenciado y quedaron más amigos que de antes; y no queriendo esperar al escribano, que habÃa ido por la espada, por parecerle que tardarÃa mucho, y asà determinaron seguir por llegar temprano a la aldea de Quiteria, de donde todos eran( Cervantes - Don Quijote)<>
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* por el gallardo Basilio, y todos estuvieron suspensos, esperando en qué habÃan de parar sus voces y sus palabras, temiendo algún mal suceso de su venida en sazón semejante( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llegó, en fin, cansado y sin aliento, y puesto delante de los desposados, hincando el bastón en el suelo, que tenÃa el cuento de una punta de acero, mudada la color, puestos los ojos en Quiteria, con voz tremente y ronca estas razones dijo: —Bien sabes, desconocida Quiteria, que, conforme a la santa ley que profesamos, que, viviendo yo, tú no puedes tomar esposo; y juntamente no ignoras que, por esperar yo que el tiempo y mi diligencia mejorasen los bienes de mi fortuna, no he querido dejar de guardar el decoro que a tu honra convenÃa; pero tú, echando a las espaldas todas las obligaciones que debes a mi buen deseo, quieres hacer señor de lo que es mÃo a otro, cuyas riquezas le sirven no sólo de buena fortuna, sino de bonÃsima ventura.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Luego acudieron todos a Quiteria, y unos con ruegos y otros con lágrimas y otros con eficaces razones la persuadÃan que diese la mano al pobre Basilio, y ella, más dura que un mármol y más sesga que una estatua, mostraba que ni sabÃa ni podÃa ni querÃa responder palabra; ni la respondiera, si el cura no la dijera que se determinase presto en lo que habÃa de hacer, porque tenÃa Basilio ya el alma en los dientes, y no daba lugar a esperar inresolutas determinaciones( Cervantes - Don Quijote)<>
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* El buen Sancho se refociló tres dÃas a costa de los novios, de los cuales se supo que no fue traza comunicada con la hermosa Quiteria el herirse fingidamente, sino industria de Basilio, esperando della el mesmo suceso que se habÃa visto; bien es verdad que confesó que habÃa dado parte de su pensamiento a algunos de sus amigos, para que al tiempo necesario favoreciesen su intención y abonasen su engaño( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llegose a mÃ, y lo primero que hizo fue abrazarme estrechamente y luego decirme: «Luengos tiempos ha, valeroso caballero don Quijote de la Mancha, que los que estamos en estas soledades encantados esperamos verte, para que des noticia al mundo de lo que encierra y cubre la profunda cueva por donde has entrado, llamada la cueva de Montesinos; hazaña sólo guardada para ser acometida de tu invencible corazón y de tu ánimo estupendo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Inclinósele maese Pedro, diciéndole: —No esperaba yo menos de la inaudita cristiandad del valeroso don Quijote de la Mancha, verdadero socorredor y amparo de todos los necesitados y menesterosos vagamundos; y aquà el señor ventero y el gran Sancho serán medianeros y apreciadores entre vuesa merced y mà de lo que valen o podÃan valer las ya deshechas figuras( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A la fe, señor nuestro amo, el mal ajeno de pelo cuelga, y cada dÃa voy descubriendo tierra de lo poco que puedo esperar de la compañÃa que con vuestra merced tengo, porque si esta vez me ha dejado apalear, otra y otras ciento volveremos a los manteamientos de marras y a otras muchacherÃas, que si ahora me han salido a las espaldas, después me saldrán a los ojos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Ahora bien, yo te perdono con que te emiendes y con que no te muestres de aquà adelante tan amigo de tu interés, sino que procures ensanchar el corazón y te alientes y animes a esperar el cumplimiento de mis promesas, que, aunque se tarda, no se imposibilita( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —¿Qué diablos de ciudad, fortaleza o castillo, dice vuesa merced, señor? —dijo Sancho—; ¿no echa de ver que aquellas son aceñas que están en el rÃo, donde se muele el trigo? —Calla, Sancho —dijo don Quijote—, que aunque parecen aceñas, no lo son, y ya te he dicho que todas las cosas trastruecan y mudan de su ser natural los encantos; no quiero decir que las mudan de en uno en otro ser realmente, sino que lo parece, como lo mostró la experiencia en la transformación de Dulcinea, único refugio de mis esperanzas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* De la respuesta que dio don Quijote a su reprehensor, con otros graves y graciosos sucesos Levantado, pues, en pie don Quijote, temblando de los pies a la cabeza como azogado, con presurosa y turbada lengua dijo: —El lugar donde estoy y la presencia ante quien me hallo, y el respeto que siempre tuve y tengo al estado que vuesa merced profesa, tienen y atan las manos de mi justo enojo; y asà por lo que he dicho como por saber que saben todos que las armas de los togados son las mesmas que las de la mujer, que son la lengua, entraré con la mÃa en igual batalla con vuesa merced, de quien se debÃa esperar antes buenos consejos que infames vituperios; las reprehensiones santas y bien intencionadas otras circunstancias requieren y otros puntos piden.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y lo mesmo confirmará otro ejemplo: está uno vuelto de espaldas, llega otro y dale de palos, y, en dándoselos, huye y no espera, y el otro le sigue y no alcanza; este que recibió los palos recibió agravio, mas no afrenta, porque la afrenta ha de ser sustentada( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, asÃ, según las leyes del maldito duelo, yo puedo estar agraviado mas no afrentado, porque los niños no sienten, ni las mujeres, ni pueden huir, ni tienen para qué esperar; y lo mesmo los constituidos en la sacra religión, porque estos tres géneros de gente carecen de armas ofensivas y defensivas, y asÃ, aunque naturalmente estén obligados a defenderse, no lo están para ofender a nadie, y, aunque poco ha dije que yo podÃa estar agraviado, agora digo que no, en ninguna manera, porque quien no puede recebir afrenta menos la puede dar; por las cuales razones yo no debo sentir, ni siento, las que aquel buen hombre me ha dicho; sólo quisiera que esperara algún poco para darle a entender en el error en que está en pensar y decir que no ha habido ni los hay caballeros andantes en el mundo; que, si lo tal oyera AmadÃs o uno de los infinitos de su linaje, yo sé que no le fuera bien a su merced( Cervantes - Don Quijote)<>
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* El duque y la duquesa, que de nada desto eran sabidores, estaban esperando en qué habÃa de parar tan extraordinario lavatorio.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* La doncella barbera, cuando le tuvo con un palmo de jabonadura, fingió que se le habÃa acabado el agua, y mandó a la del aguamanil fuese por ella; que el señor don Quijote esperarÃa( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Creyeron los apicarados ministros, y aun el maestresala que venÃa con ellos, que la duquesa hablaba de veras, y, asÃ, quitaron el cernadero del pecho de Sancho, y todos confusos y casi corridos se fueron y le dejaron; el cual, viéndose fuera de aquel a su parecer sumo peligro, se fue a hincar de rodillas ante la duquesa, y dijo: —De grandes señoras grandes mercedes se esperan; esta que la vuestra merced hoy me ha fecho, no puede pagarse con menos si no es con desear verme armado caballero andante para ocuparme todos los dÃas de mi vida en servir a tan alta señora.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llegado, pues, el esperado dÃa, armose don Quijote, vistiose Sancho, y encima de su rucio, que no le quiso dejar, aunque le daban un caballo, se metió entre la tropa de los monteros; la duquesa salió bizarramente aderezada, y don Quijote, de puro cortés y comedido, tomó la rienda de su palafrén, aunque el duque no querÃa consentirlo, y, finalmente, llegaron a un bosque que entre dos altÃsimas montañas estaba, donde, tomados los puestos, paranzas y veredas, y repartida la gente por diferentes puestos, se comenzó la caza con grande estruendo, grita y vocerÃa, de manera, que unos a otros no podÃan oÃrse, asà por el ladrido de los perros, como por el son de las bocinas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sancho, mostrando las llagas a la duquesa de su roto vestido, dijo: —Si esta caza fuera de liebres o de pajarillos, seguro estuviera mi sayo de verse en este estremo; yo no sé qué gusto se recibe de esperar a un animal que, si os alcanza con un colmillo, os puede quitar la vida; yo me acuerdo haber oÃdo cantar un romance antiguo, que dice: De los osos seas comido como Favila el nombrado( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, en diciendo esto, tocó el desaforado cuerno y volvió las espaldas y fuese sin esperar respuesta de ninguno( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Renovose la admiración en todos, especialmente en Sancho y don Quijote; en Sancho, en ver que, a despecho de la verdad, querÃan que estuviese encantada Dulcinea; en don Quijote, por no poder asegurarse si era verdad o no lo que le habÃa pasado en la cueva de Montesinos; y, estando elevado en estos pensamientos, el duque le dijo: —¿Piensa vuestra merced esperar, señor don Quijote? —¿Pues no? —respondió él—.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Aquà esperaré intrépido y fuerte, si me viniese a embestir todo el infierno( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Pues si yo veo otro diablo y oigo otro cuerno como el pasado, asà esperaré yo aquà como en Flandes —dijo Sancho( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Date, date en esas carnazas, bestión indómito, y saca de harón ese brÃo que a sólo comer y más comer te inclina; y pon en libertad la lisura de mis carnes, la mansedumbre de mi condición y la belleza de mi faz; y si por mà no quieres ablandarte ni reducirte a algún razonable término, hazlo por ese pobre caballero que a tu lado tienes, por tu amo, digo, de quien estoy viendo el alma, que la tiene atravesada en la garganta, no diez dedos de los labios, que no espera sino tu rÃgida o blanda repuesta, o para salirse por la boca o para volverse al estomago( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Señor —respondió Sancho—, ¿no se me darÃan dos dÃas de término para pensar lo que me está mejor? —No, en ninguna manera —dijo MerlÃn—; aquÃ, en este instante y en este lugar ha de quedar asentado lo que ha de ser deste negocio: o Dulcinea volverá a la cueva de Montesinos y a su prÃstino estado de labradora, o ya, en el ser que está, será llevada a los ElÃseos campos, donde estará esperando se cumpla el número del vápulo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A estas razones respondió con estas disparatadas Sancho, que, hablando con MerlÃn, le preguntó: —DÃgame vuesa merced, señor MerlÃn: cuando llegó aquà el diablo correo, 539 540dio a mi amo un recado del señor Montesinos mandándole de su parte que le esperase aquÃ, porque venÃa a dar orden de que la señora Dulcinea del Toboso se desencantase, y hasta agora no hemos visto a Montesinos ni a sus semejas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A lo cual respondió MerlÃn: —El diablo, amigo Sancho, es un ignorante y un grandÃsimo bellaco; yo le envié en busca de vuestro amo, pero no con recado de Montesinos, sino mÃo, porque Montesinos se está en su cueva, entendiendo, o por mejor decir, esperando su desencanto, que aun le falta la cola por desollar; si os debe algo o tenéis alguna cosa que negociar con él, yo os lo traeré y pondré donde vos más quisiéredes; y por agora acabad de dar el sà de esta diciplina, y creedme que os será de mucho provecho, asà para el alma como para el cuerpo: para el alma, por la caridad con que la haréis; para el cuerpo, porque yo sé que sois de complexión sanguÃnea, y no os podrá hacer daño sacaros un poco de sangre( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y ya, en esto, se venÃa a más andar el alba alegre y risueña; las florecillas de los campos se descollaban y erguÃan, y los lÃquidos cristales de los arroyuelos, murmurando por entre blancas y pardas guijas, iban a dar tributo a los rÃos que los esperaban; la tierra alegre, el cielo claro, el aire limpio, la luz serena, cada uno por sà y todos juntos daban manifiestas señales que el dÃa que al aurora venÃa pisando las faldas habÃa de ser sereno y claro.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sosegados todos y puestos en silencio, estaban esperando quién le habÃa de romper, y fue la dueña Dolorida con estas palabras: —Confiada estoy, señor poderosÃsimo, hermosÃsima señora y discretÃsimos circunstantes, que ha de hallar mi cuitÃsima en vuestros valerosÃsimos pechos acogimiento no menos plácido que generoso y doloroso; porque ella es tal que es bastante a enternecer los mármoles y a ablandar los diamantes y a molificar los aceros de los más endurecidos corazones del mundo; pero antes que salga a la plaza de vuestros oÃdos, por no decir orejas, quisiera que me hicieran sabidora si está en este gremio, corro y compañÃa, el acendradÃsimo caballero don Quijote de la ManchÃsima, y su escuderÃsimo Panza( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En esto, se levantó don Quijote y, encaminando sus razones a la Dolorida dueña, dijo: —Si vuestras cuitas, angustiada señora, se pueden prometer alguna esperanza de remedio por algún valor o fuerzas de algún andante caballero, aquà están las mÃas, que, aunque flacas y breves, todas se emplearán en vuestro servicio( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y si yo fuera la buena dueña que debÃa, no me habÃan de mover sus trasnochados conceptos, ni habÃa de creer ser verdad aquel decir: «Vivo muriendo, ardo en el yelo, tiemblo en el fuego, espero sin esperanza, partome y quédome», con otros imposibles desta ralea, de que están sus escritos llenos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, apartando a Sancho entre unos árboles del jardÃn y asiéndole ambas las manos, le dijo: —Ya vees, Sancho hermano, el largo viaje que nos espera, y que sabe Dios cuándo volveremos dél, ni la comodidad y espacio que nos darán los negocios; y asÃ, querrÃa que ahora te retirases en tu aposento, como que vas a buscar alguna cosa necesaria para el camino, y en un daca las pajas te dieses a buena cuenta de los tres mil y trecientos azotes a que estás obligado, siquiera quinientos, que dados te los tendrás; que el comenzar las cosas es tenerlas medio acabadas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* De los consejos que dio don Quijote a Sancho Panza antes que fuese a gobernar la Ãnsula, con otras cosas bien consideradas Con el felice y gracioso suceso de la aventura de la Dolorida quedaron tan contentos los duques, que determinaron pasar con las burlas adelante, viendo el acomodado sujeto que tenÃan para que se tuviesen por veras; y asÃ, habiendo dado la traza y ordenes que sus criados y sus vasallos habÃan de guardar con Sancho en el gobierno de la Ãnsula prometida, otro dÃa, que fue el que sucedió al vuelo de Clavileño, dijo el duque a Sancho que se adeliñase y compusiese para ir a ser gobernador; que ya sus insulanos le estaban esperando como el agua de mayo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Deja, lector amable, ir en paz y en hora buena al buen Sancho, y espera dos fanegas de risa que te ha de causar el saber cómo se portó en su cargo y, en tanto, atiende a saber lo que le pasó a su amo aquella noche; que, si con ello no rieres, por lo menos desplegarás los labios con risa de jimia, porque los sucesos de don Quijote, o se han de celebrar con admiración o con risa( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Agora bien, señor don Quijote —replicó la duquesa—, la hora de cenar se llega y el duque debe de esperar; venga vuesa merced y cenemos, y acostarase temprano; que el viaje que ayer hizo de Candaya no fue tan corto que no haya causado algún molimiento( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todos los presentes estaban suspensos, esperando el fin de aquel pleito, y de allà a poco volvieron el hombre y la mujer, más asidos y aferrados que la vez primera, ella la saya levantada y en el regazo puesta la bolsa, y el hombre pugnando por quitársela, mas no era posible según la mujer la defendÃa, la cual daba voces diciendo: —¡Justicia de Dios, y del mundo! ¡Mire vuesa merced, señor gobernador, la poca vergüenza y el poco temor deste desalmado, que en mitad de poblado y en mitad de la calle me ha querido quitar la bolsa que vuesa merced mandó darme! —Y ¿háosla quitado? —preguntó el gobernador( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todo lo cual notado de su coronista fue luego escrito al duque, que con gran deseo lo estaba esperando( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Fueron luego a dar cuenta a la duquesa de lo que pasaba y del laúd que pedÃa don Quijote, y ella, alegre sobremodo, concertó con el duque y con sus doncellas de hacerle una burla que fuese más risueña que dañosa, y con mucho contento esperaban la noche, que se vino tan apriesa como se habÃa venido el dÃa, el cual pasaron los duques en sabrosas pláticas con don Quijote( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Yo tendré cuidado de socorreros si os viéredes en trabajo, y en todo haréis como se espera de vuestro entendimiento.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Clavó los ojos en la puerta, y cuando esperaba ver entrar por ella a la rendida y lastimada Altisidora, vio entrar a una reverendÃsima dueña con unas tocas blancas repulgadas y luengas, tanto, que la cubrÃan y enmantaban desde los pies a la cabeza( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y, sin esperar respuesta, se salió del aposento, donde quedó don Quijote sosegado y pensativo esperándola; pero luego le sobrevinieron mil pensamientos acerca de aquella nueva aventura, y parecÃale ser mal hecho y peor pensado ponerse en peligro de romper a su señora la fe prometida, y decÃase a sà mismo: —¿Quién sabe si el diablo, que es sutil y mañoso, querrá engañarme agora con una dueña, lo que no ha podido con emperatrices, reinas, duquesas, marquesas ni condesas? Que yo he oÃdo decir muchas veces y a muchos discretos que, si él puede, antes os la dará roma que aguileña; y ¿quién sabe, si esta soledad, esta ocasión y este silencio despertará mis deseos que duermen, y harán que al cabo de mis años venga a caer donde nunca he tropezado? Y en casos semejantes mejor es huir que esperar la batalla.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Asà lo creo yo —respondió la dueña—; que de la gentil y agradable presencia de vuesa merced no se podÃa esperar sino tan cristiana respuesta.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Negociante necio, negociante mentecato, no te apresures, espera sazón y coyuntura para negociar, no vengas a la hora del comer, ni a la del dormir; que los jueces son de carne y de hueso, y han de dar a la naturaleza lo que naturalmente les pide, si no es yo, que no le doy de comer a la mÃa, merced al señor doctor Pedro Recio Tirteafuera, que está delante, que quiere que muera de hambre, y afirma que esta muerte es vida, que asà se la dé Dios a él y a todos los de su ralea, digo, a la de los malos médicos; que la de los buenos palmas y lauros merecen( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con esto quedó contento el gobernador y esperaba con grande ansia llegase la noche y la hora de cenar y, aunque el tiempo, al parecer suyo, se estaba quedo sin moverse de un lugar, todavÃa se llegó por él el tanto deseado, donde le dieron de cenar un salpicón de vaca con cebolla y unas manos cocidas de ternera algo entrada en dÃas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¿Qué os parece desto, amigos?; ¿digo algo, o quiébrome la cabeza? —Dice tanto vuesa merced, señor gobernador —dijo el mayordomo—, que estoy admirado de ver que un hombre tan sin letras como vuesa merced, que a lo que creo no tiene ninguna, diga tales y tantas cosas llenas de sentencias y de avisos, tan fuera de todo aquello que del ingenio de vuesa merced esperaban los que nos enviaron y los que aquà venimos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Vuesa merced sabrá que este gentilhombre acaba de ganar ahora en esta casa de juego que está aquà frontero más de mil reales, y sabe Dios cómo; y, hallándome yo presente, juzgué más de una suerte dudosa en su favor, contra todo aquello que me dictaba la conciencia; alzose con la ganancia, y cuando esperaba que me habÃa de dar algún escudo, por lo menos, de barato, como es uso y costumbre darle a los hombres principales como yo, que estamos asistentes para bien y mal pasar y para apoyar sinrazones y evitar pendencias, él embolsó su dinero y se salió de la casa; yo vine despechado tras él, y con buenas y corteses palabras le he pedido que me diese siquiera ocho reales, pues sabe que yo soy hombre honrado y que no tengo oficio ni beneficio, porque mis padres no me le enseñaron ni me le dejaron; y el socarrón, que no es más ladrón Caco, ni más fullero Andradilla, no querÃa darme más de cuatro reales, porque vea vuesa merced, señor gobernador, ¡qué poca vergüenza y qué poca conciencia! Pero a fee que, si vuesa merced no llegara, que yo le hiciera vomitar la ganancia y que habÃa de saber con cuántas entraba la romana( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y el otro respondió que era verdad cuanto su contrario decÃa, y no habÃa querido darle más de cuatro reales, porque se los daba muchas veces; y los que esperan barato han de ser comedidos y tomar con rostro alegre lo que les die- 595 596ren, sin ponerse en cuentas con los gananciosos, si ya no supiesen de cierto que son fulleros y que lo que ganan es mal ganado; y que para señal que él era hombre de bien, y no ladrón, como decÃa, ninguna habÃa mayor que el no haberle querido dar nada; que siempre los fulleros son tributarios de los mirones, que los conocen( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Finalmente, la moza parecÃa bien a todos, y ninguno la conoció de cuantos la vieron, y los naturales del lugar dije- 597 598ron que no podÃan pensar quién fuese, y los consabidores de las burlas que se habÃan de hacer a Sancho fueron los que más se admiraron, porque aquel suceso y hallazgo no venia ordenado por ellos, y, asÃ, estaban dudosos, esperando en qué pararÃa el caso( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llegaron, pues, y, tirando el hermano una china a una reja, al momento bajó una criada que los estaba esperando y les abrió la puerta, y ellos se entraron dejando a todos admirados, asà de su gentileza y hermosura, como del deseo que tenÃan de ver mundo de noche y sin salir del lugar; pero todo lo atribuyeron a su poca edad( Cervantes - Don Quijote)<>
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* HÃzolo asà el secretario, y, repasándola primero, dijo: —Bien se puede leer en voz alta; que lo que el señor don Quijote escribe a vuesa merced merece estar estampado y escrito con letras de oro, y dice asÃ: CARTA DE A SANCHO PANZA, GOBERNADOR DE LA ÃNSULA BARATARIA Cuando esperaba oÃr nuevas de tus descuidos e impertinencias, Sancho amigo, las oà de tus discreciones, de que di por ello gracias particulares al cielo, el cual del estiércol sabe levantar los pobres y de los tontos hacer discretos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Visita las cárceles, las carnicerÃas y las plazas; que la presencia del gobernador en lugares tales es de mucha importancia: consuela a los presos que esperan la brevedad de su despacho, es coco a los carniceros que por entonces igualan los pesos, y es espantajo a las placeras por la misma razón.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* La señora duquesa despachó un propio con tu vestido y otro presente a tu mujer Teresa Panza; por momentos esperamos respuesta( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sola la vida humana corre a su fin, ligera más que el tiempo, sin esperar renovarse, si no es en la otra que no tiene términos que la limiten.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Esto dice Cide Hamete, filósofo mahomético; porque esto de entender la ligereza e instabilidad de la vida presente y la duración de la eterna que se espera, muchos sin lumbre de fe, sino con la luz natural, lo han entendido; pero aquà nuestro autor lo dice por la presteza con que se acabó, se consumió, se deshizo, se fue como en sombra y humo el gobierno de Sancho( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Unos tropezaban en él, otros caÃan, y tal hubo quien se puso encima un buen espacio, y, desde allÃ, como desde atalaya, gobernaba los ejércitos, y a grandes voces decÃa: —¡Aquà de los nuestros: que por esta parte cargan más los enemigos! ¡Aquel portillo se guarde, aquella puerta se cierre, aquellas escalas se tranquen! ¡Vengan alcancÃas, pez y resina en calderas de aceite ardiendo! ¡Trinchéense las calles con colchones! En fin, él nombraba con todo ahÃnco todas las baratijas e instrumentos y pertrechos de guerra, con que suele defenderse el asalto de una ciudad, y el molido Sancho, que lo escuchaba y sufrÃa todo, decÃa entre si: —¡Oh, si mi Señor fuese servido que se acabase ya de perder esta Ãnsula, y me viese yo, o muerto o fuera desta grande angustia! Oyó el cielo su petición y, cuando menos lo esperaba, oyó voces que decÃan: —¡Vitoria, vitoria, los enemigos van de vencida! ¡Ea, señor gobernador, levántese vuesa merced!; y venga a gozar del vencimiento y a repartir los despojos que se han tomado a los enemigos, por el valor dese invencible brazo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Calló, y, sin decir otra cosa, comenzó a vestirse, todo sepultado en silencio, y todos le miraban y esperaban en qué habÃa de parar la priesa con que se vestÃa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y asÃ, con alborozo y contento, esperaba los cuatro dÃas que se le iban haciendo, a la cuenta de su deseo, cuatrocientos siglos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Ahora es mi intención, Sancho, sacar el tesoro que dejé enterrado, que, por estar fuera del pueblo, lo podré hacer sin peligro, y escribir o pasar desde Valencia a mi hija y a mi mujer, que sé que está en Argel, y dar traza como traerlas a algún puerto de Francia, y desde allà llevarlas a Alemania, donde esperaremos lo que Dios quisiere hacer de nosotros.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero, como era verano, no le dio mucha pesadumbre, y asÃ, se apartó del camino, con intención de esperar la mañana, y quiso su corta y desventurada suerte que, buscando lugar donde mejor acomodarse, cayeron él y el rucio en una honda y escurÃsima sima que entre unos edificios muy antiguos estaba, y al tiempo del caer, se encomendó a Dios de todo corazón, pensando que no habÃa de parar hasta el profundo de los abismos, y no fue asÃ, porque a poco más de tres estados dio fondo el rucio, y él se halló encima dél sin haber recebido lisión ni daño alguno.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Esta, que para mi es desventura, mejor fuera para aventura de mi amo don Quijote; él sà que tuviera estas profundidades y mazmorras por jardines floridos y por palacios de Galiana y esperara salir de esta escuridad y estrecheza a algún florido prado.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Aquà le deja Cide Hamete Benengeli, y vuelve a tratar de don Quijote, que alborozado y contento esperaba el plazo de la batalla que habÃa de hacer con el robador de la honra de la hija de doña RodrÃguez, a quien pensaba enderezar el tuerto y desaguisado que malamente le tenÃan fecho( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En estas pláticas llegaron, rodeados de muchachos y de otra mucha gente, al castillo, adonde en unos corredores estaban ya el duque y la duquesa esperando a don Quijote y a Sancho, el cual no quiso subir a ver al duque sin que primero no hubiese acomodado al rucio en la caballeriza, porque decÃa que habÃa pasado muy mala noche en la posada, y luego subió a ver a sus señores, ante los cuales puesto de rodillas, dijo: —Yo, señores, porque lo quiso asà vuestra grandeza, sin ningún merecimiento mÃo, fui a gobernar vuestra Ãnsula Barataria, en la cual entré desnudo y desnudo me hallo, ni pierdo ni gano; si he gobernado bien o mal, testigos he tenido delante, que dirán lo que quisieren.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Ya en este tiempo estaban el duque y la duquesa puestos en una galerÃa que caÃa sobre la estacada, toda la cual estaba coronada de infinita gente que esperaba ver el riguroso trance nunca visto.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sonaron los atambores, llenó el aire el son de las trompetas, temblaba debajo de los pies la tierra, estaban suspensos los corazones de la mirante turba, temiendo unos y esperando otros el bueno o el mal suceso de aquel caso.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En resolución, todos estos cuentos y sucesos pararon en que Tosilos se recogiese hasta ver en que paraba su transformación; aclamaron todos la vitoria por don Quijote, y los más quedaron tristes y melancólicos de ver que no se habÃan hecho pedazos los tan esperados combatientes, bien asà como los mochachos quedan tristes cuando no sale el ahorcado que esperan, porque le ha perdonado, o la parte, o la justicia.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Fuese la gente, volviéronse el duque y don Quijote al castillo, encerraron a Tosilos, quedaron doña RodrÃguez y su hija contentÃsimas de ver que por una vÃa o por otra aquel caso habÃa de parar en casamiento, y Tosilos no esperaba menos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Dio la duquesa las cartas de su mujer a Sancho Panza, el cual lloró con ellas y dijo: —¿Quién pensara que esperanzas tan grandes como las que en el pecho de mi mujer Teresa Panza engendraron las nuevas de mi gobierno habÃan de parar en volverme yo agora a las arrastradas aventuras de mi amo don Quijote de la Mancha? Con todo esto, me contento de ver que mi Teresa correspondió a ser quien es, enviando las bellotas a la duquesa; que a no habérselas enviado, quedando yo pesaroso, se mostrara ella desagradecida.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* No los hubieron bien visto los que con don Quijote estaban, cuando volviendo las espaldas se apartaron bien lejos del camino; porque conocieron que, si esperaban les podÃa suceder algún peligro( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Quedó molido Sancho, espantado don Quijote, aporreado el rucio y no muy católico Rocinante; pero, en fin, se levantaron todos, y don Quijote a gran priesa, tropezando aquà y cayendo allÃ, comenzó a correr tras la vacada, diciendo a voces: —¡Deteneos y esperad, canalla malandrina; que un solo caballero os espera, el cual no tiene condición ni es de parecer de los que dicen que al enemigo que huye, hacerle la puente de plata! Pero no por eso se detuvieron los apresurados corredores ni hicieron más caso de sus amenazas que de las nubes de antaño.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Detúvole el cansancio a don Quijote y más enojado que vengado se sentó en el camino, esperando a que Sancho, Rocinante y el rucio llegasen.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* No comÃa don Quijote de puro pesaroso, ni Sancho no osaba tocar a los manjares que delante tenÃa de puro comedido, y esperaba a que su señor hiciese la salva; pero viendo que, llevado de sus imaginaciones, no se acordaba de llevar el pan a la boca, no abrió la suya, y, atropellando por todo género de crianza, comenzó a embaular en el estómago el pan y queso que se le ofrecÃa( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Yo, Sancho, nacà para vivir muriendo, y tu para morir comiendo, y porque veas que te digo verdad en esto, considérame impreso en historias, famoso en las armas, comedido en mis acciones, respetado de prÃncipes, solicitado de doncellas; al cabo al cabo cuando esperaba palmas, triunfos y coronas granjeadas y merecidas por mis valerosas hazañas, me he visto esta mañana pisado y acoceado y molido de los pies de animales inmundos y soeces.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Por mÃas las marco desde aquà —dijo Sancho—, y nadie las toque, que yo las pagaré mejor que otro, porque para mà ninguna otra cosa pudiera esperar de más gusto, y no se me darÃa nada que fuesen manos como fuesen uñas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero Dios es servido de que, aunque me veo en la 653 654mitad del laberinto de mis confusiones, no pierdo la esperanza de salir dél a puerto seguro( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Admirado quedó don Quijote de oÃr hablar a Roque tan buenas y concertadas razones, porque él se pensaba que entre los de oficios semejantes de robar, matar y saltear, no podÃa haber alguno que tuviese buen discurso, y respondiole: —Señor Roque, el principio de la salud está en conocer la enfermedad, y en querer tomar el enfermo las medicinas que el medico le ordena; vuesa merced está enfermo, conoce su dolencia, y el cielo, o Dios, por mejor decir, que es nuestro médico, le aplicará medicinas que le sanen, las cuales suelen sanar poco a poco y no de repente y por milagro; y más, que los pecadores discretos están mas cerca de enmendarse que los simples, y, pues vuesa merced ha mostrado en sus razones su prudencia, no hay sino tener buen ánimo y esperar mejorÃa de la enfermedad de su conciencia.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Cogiéronlos los escuderos en medio, guardando vencidos y vencedores gran silencio, esperando a que el gran Roque Guinart hablase.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* De lo que le sucedió a don Quijote en la entrada de Barcelona, con otras cosas que tienen más de lo verdadero que de lo discreto Tres dÃas y tres noches estuvo don Quijote con Roque, y, si estuviera trecientos años, no le faltara qué mirar y admirar en el modo de su vida; aquà amanecÃan, acullá comÃan, unas veces huÃan sin saber de quién, y otras esperaban sin saber a quién.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Volviose Roque; quedose don Quijote esperando el dÃa, asÃ, a caballo como estaba, y no tardó mucho cuando comenzó a descubrirse por los balcones del Oriente la faz de la blanca Aurora, alegrando las yerbas y las flores, en lugar de alegrar el oÃdo, aunque al mesmo instante alegraron también el oÃdo el son de muchas chirimÃas y atabales, ruido de cascabeles, «trapa, trapa, aparta, aparta» de corredores que, al parecer, de la ciudad salÃan.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* No respondió don Quijote palabra, ni los caballeros esperaron a que la respondiese, sino, volviéndose y revolviéndose con los demás que los seguÃan, comenzaron a hacer un revuelto caracol alderredor de don Quijote, el cual, volviéndose a Sancho, dijo: —Estos bien nos han conocido; yo apostaré que han leÃdo nuestra historia, y aun la del aragonés recién impresa( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Suspenso estaba don Quijote, esperando en qué habÃan de parar tantas prevenciones.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Guardó rumbos, pintó caracteres, observó astros, miró puntos, y, finalmente, la sacó con la perfeción que veremos mañana; porque los viernes está muda, y hoy, que lo es, nos ha de hacer esperar hasta mañana( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Las que salieron a la mar, a obra de dos millas, descubrieron un bajel que con la vista le marcaron por de hasta catorce o quince bancos, y asà era la verdad; el cual bajel, cuando descubrió las galeras, se puso en caza con intención y esperanza de escaparse por su ligereza; pero avÃnole mal, porque la galera capitana era de los más ligeros bajeles que en la mar navegaban, y asÃ, le fue entrando, que claramente los del bergantÃn conocieron que no podÃan escaparse, y asÃ, el arráez quisiera que dejaran los remos y se entregaran, por no irritar a enojo al capitán que nuestras galeras regÃa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llegaron, en esto, las otras dos galeras, y todas cuatro con la presa volvieron a la playa, donde infinita gente los estaba esperando deseosos de ver lo que traÃan.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Preguntole el general: —Dime, mal aconsejado perro, ¿quién te movió a matarme mis soldados, pues veÃas ser imposible el escaparte? ¿Ese respeto se guarda a las capitanas? ¿No sabes tú que no es valentÃa la temeridad? Las esperanzas dudosas han de hacer a los hombres atrevidos pero no temerarios( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y enseñole al que ya tenÃa atadas las manos y echado el cordel a la garganta esperando la muerte( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¿Quién fuera el de corazón tan duro que con estas razones no se ablandara, o, a lo menos, hasta oÃr las que el triste y lastimado mancebo decir querÃa? El general le dijo que dijese lo que quisiese, pero que no esperase alcanzar perdón de su conocida culpa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En resolución, don Gregorio queda en hábito de mujer entre mujeres, con manifiesto peligro de perderse, y yo me veo atadas las manos esperando, o, por mejor decir, temiendo perder la vida que ya me cansa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* VeÃa a su señor rendido y obligado a no tomar armas en un año; imaginaba la luz de la gloria de sus hazañas escurecida, las esperanzas de sus nuevas promesas deshechas, como se deshace el humo con el viento.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* El cual respondió que ya una por una estaba en buen punto aquel negocio de quien esperaba feliz suceso.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Yo, que dejé con el gobierno los deseos de ser más gobernador, no dejé la gana de ser conde, que jamás tendrá efecto si vuesa merced deja de ser rey, dejando el ejercicio de su caballerÃa, y asÃ, vienen a volverse en humo mis esperanzas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Dios lo oiga —dijo Sancho—, y el pecado sea sordo; que siempre he oÃdo decir que más vale buena esperanza que ruin posesión( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —No —dijo Ricote, que se halló presente a esta plática— hay que esperar en favores ni en dádivas; porque con el gran don Bernardino de Velasco, conde de Salazar, a quien dio su majestad cargo de nuestra expulsión, no valen ruegos, no promesas, no dádivas, no lástimas; porque, aunque es verdad que él mezcla la misericordia con la justicia, como él vee que todo el cuerpo de nuestra nación está contaminado y podrido, usa con él antes del cauterio que abrasa que del ungüento que molifica; y asÃ, con prudencia, con sagacidad, con diligencia y con miedos que pone, ha llevado sobre sus fuertes hombros a debida ejecución el peso desta gran máquina, sin que nuestras industrias, estratagemas, solicitudes y fraudes hayan podido deslumbrar sus ojos de Argos, que contino tiene alerta, porque no se le quede ni encubra ninguno de los nuestros, que como raÃz escondida que con el tiempo venga después a brotar y a echar frutos venenosos en España, ya limpia, ya desembarazada de los temores en que nuestra muchedumbre la tenÃa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con esta licencia, dijo Sancho a los labradores, que estaban muchos alrededor dél, la boca abierta, esperando la sentencia de la suya: —Hermanos, lo que el gordo pide no lleva camino ni tiene sombra de justicia alguna; porque, si es verdad lo que se dice que el desafiado puede escoger las armas, no es bien que este las escoja tales que le impidan ni estorben el salir vencedor; y asÃ, es mi parecer que el gordo desafiador se escamonde, monde, entresaque, pula y atilde, y saque seis arrobas de sus carnes, de aquà o de allà de su cuerpo, como mejor le pareciere y estuviere, y, desta manera, quedando en cinco arrobas de peso, se igualará y ajustará con las cinco de su contrario y asà podrán correr igualmente( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Rogole Tosilos le contase lo que le habÃa sucedido; pero Sancho le respondió que era descortesÃa dejar que su amo le esperase; que otro dÃa, si se encontrasen, habrÃa lugar para ello.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y levantándose, después de haberse sacudido el sayo y las migajas de las barbas, antecogió al rucio y, diciendo adiós, dejó a Tosilos y alcanzó a su amo, que a la sombra de un árbol le estaba esperando( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Yo no tuve esperanzas que darle, ni tesoros que ofrecerle, porque las mÃas las tengo entregadas a Dulcinea, y los tesoros de los caballeros andantes son como los de los duendes, aparentes y falsos, y sólo puedo darle estos acuerdos que della tengo, sin perjuicio, pero, de los que tengo de Dulcinea, a quien tú agravias con la remisión que tienes en azotarte y en castigar esas carnes (que vea yo comidas de lobos) que quieren guardarse antes para los gusanos que para el remedio de aquella pobre señora( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —¡Oh alma endurecida! ¡Oh escudero sin piedad! ¡Oh pan mal empleado, y mercedes mal consideradas las que te he hecho y pienso de hacerte! Por mà te has visto gobernador, y por mà te vees con esperanzas propincuas de ser conde o tener otro titulo equivalente, y no tardará el cumplimiento de ellas más de cuanto tarde en pasar este año; que yo «post tenebras spero lucem»222200( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —No entiendo eso —replicó Sancho—; sólo entiendo que, en tanto que duermo, ni tengo temor, ni esperanza, ni trabajo, ni gloria; y bien haya el que inventó el sueño, capa que cubre todos los humanos pensamientos, manjar 220 «Después de las tinieblas espero la luz», del Libro de Job.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sancho iba diciendo entre si: —¿Nosotros tortolitas, nosotros barberos ni estropajos? ¿Nosotros perritas, a quien dicen cita cita? No me contentan nada estos nombres, a mal viento va esta parva; todo el mal nos viene junto, como al perro los palos, y ¡ojalá parase en ellos lo que amenaza esta aventura tan desventurada! Iba don Quijote embelesado, sin poder atinar con cuantos discursos hacÃa qué serÃan aquellos nombres llenos de vituperios que les ponÃan, de los cuales sacaba en limpio no esperar ningún bien y temer mucho mal.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y asÃ, ¡oh tú, Radamanto, que conmigo juzgas en las cavernas lóbregas de Lite!, pues sabes todo aquello que en los inescrutables hados está determinado acerca de volver en sà esta doncella, dilo y decláralo luego, por que no se nos dilate el bien que con su nueva vuelta esperamos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Ahora, digo, que es el tiempo donde tienes sazonada la virtud y con eficacia de obrar el bien que de ti se espera( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Durmiéronse los dos, y en este tiempo quiso escribir y dar cuenta Cide Hamete, autor desta grande historia, qué les movió a los duques a levantar el edificio de la máquina referida; y dice que, no habiéndosele olvidado al bachiller Sansón Carrasco cuando el Caballero de los Espejos fue vencido y derribado por don Quijote, cuyo vencimiento y caÃda borró y deshizo todos sus designios, quiso volver a probar la mano esperando mejor suceso que el pasado.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con esto se despidió del duque y se volvió a su lugar, esperando en él a don Quijote, que tras él venÃa( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llegó la noche, esperada de don Quijote con la mayor ansÃa del mundo, pareciéndole que las ruedas del carro de Apolo se habÃan quebrado y que el dÃa 223 «Dada por la gracia de Dios»( Cervantes - Don Quijote)<>
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* 698roso azote, y, asiendo del torcido cabestro que le servÃa de corbacho a Sancho, le dijo: —No permita la suerte, Sancho amigo, que por el gusto mÃo pierdas tú la vida, que ha de servir para sustentar a tu mujer y a tus hijos: espere Dulcinea mejor coyuntura, que yo me contendré en los limites de la esperanza propincua y esperaré que cobres fuerzas nuevas para que se concluya este negocio a gusto de todos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* De cómo don Quijote y Sancho llegaron a su aldea Todo aquel dÃa esperando la noche estuvieron en aquel lugar y mesón don Quijote y Sancho, el uno para acabar en la campaña rasa la tanda de su diciplina, y el otro para ver el fin della, en el cual consistÃa el de su deseo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Aquel dÃa y aquella noche caminaron sin sucederles cosa digna de contarse, si no fue que en ella acabó Sancho su tarea, de que quedó don Quijote contento sobremodo, y esperaba el dÃa por ver si en el camino topaba ya desencantada a Dulcinea su señora; y, siguiendo su camino, no topaba mujer ninguna que no iba a reconocer si era Dulcinea del Toboso, teniendo por infalible no poder mentir las promesas de MerlÃn( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Abrazó Sanchica a su padre y preguntole si traÃa algo, que le estaba esperando como el agua de mayo, y, asiéndole de un lado del cinto y su mujer de la mano, tirando su hija al rucio, se fueron a su casa, dejando a don Quijote 703 704en la suya en poder de su sobrina y de su ama y en compañÃa del cura y del bachiller( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pasmáronse todos de ver la nueva locura de don Quijote; pero, porque no se les fuese otra vez del pueblo a sus caballerÃas, esperando que en aquel año podrÃa ser curado, concedieron con su nueva intención y aprobaron por discreta su locura, ofreciéndosele por compañeros en su ejercicio( Cervantes - Don Quijote)<>
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