Spagnolo
Vocabolario e frasi
* Con silencio grande estuve escuchando lo que mi amigo me decÃa, y de tal manera se imprimieron en mà sus razones que, sin ponerlas en disputa, las aprobé por buenas, y de ellas mismas quise hacer este prólogo; en el cual verás, lector suave, la discreción de mi amigo, la buena ventura mÃa en hallar en tiempo tan necesitado tal consejero, y el alivio tuyo en hallar tan sincera y tan sin revueltas la historia del famoso don Quijote de la Mancha, de quien hay opinión por todos los habitadores del distrito del campo de Montiel, que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte se vio en aquellos contornos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* 80Todo esto que don Quijote decÃa escuchaba un escudero de los que el coche acompañaban, que era vizcaÃno; el cual, viendo que no querÃa dejar pasar el coche adelante, sino que decÃa que luego habÃa de dar la vuelta al Toboso, se fue para don Quijote, y, asiéndole de la lanza, le dijo, en mala lengua castellana y peor vizcaÃna2200, de esta manera: —Anda, caballero, que mal andes; por el Dios que criome, que, si no dejas coche, asà te matas como estás ahà vizcaÃno( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y antojósele hacer aquel inútil razonamiento a los cabreros, que, sin responderle palabra, embobados y suspensos, le estuvieron escuchando( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Dejo el bailar por tu causa, ni las músicas te pinto que has escuchado a deshoras y al canto del gallo primo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* 101 Con gran atención iban escuchando todos los demás la plática de los dos, y aun hasta los mismos cabreros y pastores conocieron la demasiada falta de juicio de nuestro don Quijote.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Escucha, pues, y presta atento oÃdo, no al concertado son, sino al ruïdo que de lo hondo de mi amargo pecho, llevado de un forzoso desvarÃo, por gusto mÃo sale y tu despecho( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Bien les pareció a los que escuchado habÃan la canción de Grisóstomo, puesto que el que la leyó dijo que no le parecÃa que conformaba con la relación que él habÃa oÃdo del recato y bondad de Marcela, porque en ella se quejaba Grisóstomo de celos, sospechas y de ausencia, todo en perjuicio del buen crédito y buena fama de Marcela.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todas estas pláticas estaba escuchando muy atento don Quijote y, sentándose en el lecho como pudo, tomando de la mano a la ventera, le dijo: —Creedme, fermosa señora, que os podéis llamar venturosa por haber alojado en este vuestro castillo a mi persona, que es tal, que si yo no la alabo, es por lo que suele decirse que la alabanza propia envilece, pero mi escudero os dirá quién soy.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* El bueno del arriero, a quien tenÃan despierto sus malos deseos, desde el punto que entró su coima por la puerta, la sintió; estuvo atentamente escuchando todo lo que don Quijote decÃa, y, celoso de que la asturiana le hubiese faltado a la palabra por otro, se fue llegando más al lecho de don Quijote, y estúvose quedo hasta ver en qué paraban aquellas razones que él no podÃa entender.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Levantóse Sancho con harto dolor de sus huesos, y fue a oscuras donde estaba el ventero, y, encontrándose con el cuadrillero, que estaba escuchando en qué paraba su enemigo, le dijo: —Señor, quien quiera que seáis, hacednos merced y beneficio de darnos un poco de romero, aceite, sal y vino, que es menester para curar uno de los mejores caballeros andantes que hay en la tierra, el cual yace en aquella cama malferido por las manos del encantado moro que está en esta venta( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Las voces que el mÃsero manteado daba fueron tantas, que llegaron a los oÃdos de su amo, el cual deteniéndose a escuchar atentamente, creyó que alguna nueva aventura le venÃa, hasta que claramente conoció que el que gritaba 123 era su escudero; y, volviendo las riendas, con un penado galope llegó a la venta, y, hallándola cerrada, la rodeó por ver si hallaba por donde entrar.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Alegróles el ruido en gran manera y, parándose a escuchar hacia qué parte sonaba, oyeron a deshora otro estruendo que les aguó el contento del agua, especialmente a Sancho, que naturalmente era medroso y de poco ánimo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Di como quisieres —respondió don Quijote—; que, pues la suerte quiere que no pueda dejar de escucharte, prosigue( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En cuanto lo que tocaba a la estancia de su habitación, dijo que no tenÃa otra que aquella que le ofrecÃa la ocasión donde le tomaba la noche, y acabó su plática con un tan tierno llanto, que bien fuéramos de piedra los que escuchado le habÃamos si en él no le acompañáramos, considerándole cómo le habÃamos visto la vez primera, y cuál le veÃamos entonces.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Donde se prosigue la aventura de la Sierra Morena Dice la historia que era grandÃsima la atención con que don Quijote escuchaba al astroso caballero de la Sierra, el cual, prosiguiendo su plática, dijo: —Por cierto, señor, quienquiera que seáis, que yo no os conozco, yo os agradezco las muestras y la cortesÃa que conmigo habéis usado, y quisiera yo hallarme en términos que, con más que la voluntad, pudiera servir la que habéis mostrado tenerme en el buen acogimiento que me habéis hecho; mas no quiere mi suerte darme otra cosa con que corresponda a las buenas obras que me hacen, que buenos deseos de satisfacerlas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* 183 Ãrboles, yerbas y plantas que en aqueste sitio estáis, tan altos, verdes y tantas: si de mi mal no os holgáis, escuchad mis quejas santas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En esto, y en suspirar, y en llamar a los faunos y silvanos de aquellos bosques, a las ninfas de los rÃos, a la dolorosa y húmida Eco, que le respondiese, consolasen y escuchasen, se entretenÃa, y en buscar algunas yerbas con que sustentarse en tanto que Sancho volvÃa; que si como 184tardó tres dÃas, tardara tres semanas, el Caballero de la Triste Figura quedara tan desfigurado, que no le conociera la madre que lo parió( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Digo, pues —prosiguió Cardenio—, que, estando todos en la sala, entró el cura de la perroquia, y, tomando a los dos por la mano para hacer lo que en tal acto se requiere, al decir: «¿Queréis, señora Luscinda, al señor don Fernando, que está presente, por vuestro legÃtimo esposo, como lo manda la Santa Madre Iglesia?», yo saqué toda la cabeza y cuello de entre los tapices, y con atentÃsimos oÃdos y alma turbada me puse a escuchar lo que Luscinda respondÃa, esperando de su respuesta la sentencia de mi muerte o la confirmación de mi vida.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En fin, yo salà de aquella casa y vine a la de aquel donde habÃa dejado la mula; hice que me la ensillase; sin despedirme dél subà en ella, y salà de la ciudad sin osar, como otro Lot, volver el rostro a miralla; y, cuando me vi en el campo solo y que la oscuridad de la noche me encubrÃa y su silencio convidaba a quejarme, sin respeto o miedo de ser escuchado ni conocido, solté la voz y desaté la lengua en tantas maldiciones de Luscinda y de don Fernando, como si con ellas satisficiera el agravio que me habÃan hecho.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llegaron, pues, a ella, y asiéndola por la mano el cura, prosiguió diciendo: —Lo que vuestro traje, señora, nos niega, vuestros cabellos nos descubren: señales claras que no deben de ser de poco momento las causas que han disfrazado vuestra belleza en hábito tan indigno, y traÃdola a tanta soledad como es esta, en la cual ha sido ventura el hallaros, si no para dar remedio a vuestros males, a lo menos para darles consejo, pues ningún mal puede fatigar tanto, ni llegar tan al estremo de serlo, mientras no acaba la vida, que rehuya de no escuchar siquiera el consejo que con buena intención se le da al que lo pade200 ce.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Que trata de la discreción de la hermosa Dorotea, con otras cosas de mucho gusto y pasatiempo —Esta es, señores, la verdadera historia de mi tragedia: mirad y juzgad ahora si los suspiros que escuchastes, las palabras que oÃstes y las lágrimas que de mis ojos salÃan, tenÃan ocasión bastante para mostrarse en mayor abundancia; y considerada la calidad de mi desgracia, veréis que será en vano el consuelo, pues es imposible el remedio della.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En las suyas sintieron los que escuchado la habÃan tanta lástima como admiración de su desgracia; y aunque luego quisiera el cura consolarla y aconsejarla, tomó primero la mano Cardenio, diciendo: —En fin, señora, que tú eres la hermosa Dorotea, la hija única del rico Clenardo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Porque, cuando es tiempo de la siega, se recogen aquÃ, las fiestas, muchos segadores, y siempre hay algunos que saben leer, el cual coge uno destos libros en las manos, y rodeámonos dél más de treinta, y estámosle escuchando con tanto gusto que nos quita mil canas; a lo menos, de mà sé decir que cuando oyo decir aquellos furibundos y terribles golpes que los caballeros pegan, que me toma gana de hacer otro tanto, y que querrÃa estar oyéndolos noches y dÃas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Y yo ni más ni menos —dijo la ventera—, porque nunca tengo buen rato en mi casa, sino aquel que vos estáis escuchando leer; que estáis tan embobado, que no os acordáis de reñir por entonces( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Estas fueron las razones que Anselmo dijo a Lotario, a todas las cuales estuvo tan atento, que, si no fueron las que quedan escritas que le dijo, no desplegó sus labios hasta que hubo acabado, y viendo que no decÃa más, después que le estuvo mirando un buen espacio, como si mirara otra cosa que jamás hubiera visto, que le causara admiración y espanto, le dijo: —No me puedo persuadir, oh amigo Anselmo, a que no sean burlas las cosas que me has dicho; que a pensar que de veras las decÃas no consintiera que tan adelante pasaras, porque con no escucharte previniera tu larga arenga( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Porque si yo he de procurar quitarte la honra, claro está que te quito la vida, pues el hombre sin honra peor es que un muerto; y siendo yo el instrumento, como tú quieres que lo sea, de tanto mal tuyo, ¿no vengo a quedar deshonrado y, por el mesmo consiguiente, sin vida? Escucha, amigo Anselmo, y ten paciencia de no responderme hasta que acabe de decirte lo que se me ofreciere acerca de lo que te ha pedido tu deseo; que tiempo quedará para que tú me repliques y yo te escuche( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Calló en diciendo esto el virtuoso y prudente Lotario, y Anselmo quedó tan confuso y pensativo, que por un buen espacio no le pudo responder palabra; pero, en fin, le dijo: —Con la atención que has visto he escuchado, Lotario amigo, cuanto has querido decirme, y en tus razones, ejemplos y comparaciones he visto la mucha discreción que tienes y el estremo de la verdadera amistad que alcanzas; y ansimesmo veo y confieso que, si no sigo tu parecer y me voy tras el mÃo, voy huyendo del bien y corriendo tras el mal.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todo le sucedió como él quiso; Lotario despertó, y luego salieron los dos de casa, y asÃ, le preguntó lo que deseaba; y le respondió Lotario que no le habÃa parecido ser bien que la primera vez se descubriese del todo, y asÃ, no habÃa hecho otra cosa que alabar a Camila de hermosa, diciéndole que en toda la ciudad no se trataba de otra cosa que de su hermosura y discreción; y que este le habÃa parecido buen principio para entrar ganando la voluntad y disponiéndola a que otra vez le escuchase con gusto, usando en esto del artificio que 241 el demonio usa cuando quiere engañar a alguno que está puesto en atalaya de mirar por sÃ; que se transforma en ángel de luz, siéndolo él de tinieblas, y, poniéndole delante apariencias buenas, al cabo descubre quien es, y sale con su intención, si a los principios no es descubierto su engaño.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero la suerte, que las cosas guiaba de otra manera, ordenó que, habiendo dejado Anselmo solos a Lotario y a Camila, como otras veces solÃa, él se encerró en un aposento, y por los agujeros de la cerradura estuvo mirando y escuchando lo que los dos trataban, y vio que en más de media hora Lotario no habló palabra a Camila ni se la hablara si allà estuviera un siglo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Con estos pensamientos, más honrados que acertados ni provechosos, estuvo otro dÃa escuchando a Lotario, el cual cargó la mano de manera que comenzó a titubear la firmeza de Camila, y su honestidad tuvo harto que hacer en acudir a los ojos para que no diesen muestra de alguna amorosa compasión que las lágrimas y las razones de Lotario en su pecho habÃan despertado.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero como naturalmente tiene la mujer ingenio presto para el bien y para el mal, más que el varón, puesto que le va faltando cuando de propósito se pone a hacer discursos, luego al instante halló Camila el modo de remediar tan al parecer inremediable negocio, y dijo a Lotario que procurase que otro dÃa se escondiese Anselmo donde decÃa, porque ella pensaba sacar de su escondimiento comodidad para que desde allà en adelante los dos se gozasen sin sobresalto alguno; y sin declararle del todo su pensamiento, le advirtió que tuviese cuidado que, en estando Anselmo escondido, él viniese cuando Leonela le llamase, y que a cuanto ella le dijese le respondiese como respondiera aunque no supiera que Anselmo le escuchaba( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todo esto escuchaba Anselmo, y a cada palabra que Camila decÃa se le mudaban los pensamientos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Tomole en esto a Camila un fuerte desmayo, y, arrojándose encima de una cama que allà estaba, comenzó Leonela a llorar muy amargamente y a decir: —¡Ay, desdichada de mÃ, si fuese tan sin ventura que se me muriese aquà entre mis brazos la flor de la honestidad del mundo, la corona de las buenas mujeres, el ejemplo de la castidad! Con otras cosas a éstas semejantes, que ninguno la escuchara que no la tuviera por la más lastimada y leal doncella del mundo, y a su señora por otra nueva y perseguida Penélope.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y como sabÃa que le escuchaba su amigo Anselmo, decÃa cosas que el que le oyera le tuviera mucha más lástima que a Camila, aunque por muerta la juzgara( Cervantes - Don Quijote)<>
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* AtentÃsimo habÃa estado Anselmo a escuchar y a ver representar la tragedia de la muerte de su honra; la cual con tan estraños y eficaces afectos la representaron los personajes della, que pareció que se habÃan transformado en la misma verdad de lo que fingÃan.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y dijo Sancho: —No tienen que pararse a escuchar, sino entren a despartir la pelea, o a ayudar a mi amo; aunque ya no será menester, porque sin duda alguna el gigante está ya muerto y dando cuenta a Dios de su pasada y mala vida; que yo vi correr la sangre por el suelo y la cabeza cortada y caÃda a un lado, que es tamaña como un gran cuero de vino( Cervantes - Don Quijote)<>
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* HabÃa en este entretanto vuelto Dorotea en sÃ, y habÃa estado escuchando todas las razones que Luscinda dijo, por las cuales vino en conocimiento de quién ella era; que, viendo que don Fernando aún no la dejaba de los brazos ni respondÃa a sus razones, esforzándose lo más que pudo, se levantó y se fue a hincar de rodillas a sus pies, y, derramando mucha cantidad de hermosas y lastimeras lágrimas, asà le comenzó a decir: —Si ya no es, señor mÃo, que los rayos deste sol que en tus brazos eclipsado tienes te quitan y ofuscan los de tus ojos, ya habrás echado de ver que la que a tus pies está arrodillada es la sinventura, hasta que tú quieras, y la desdichada Dorotea.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Donde se prosigue la historia de la famosa infanta Micomicona, con otras graciosas aventuras Todo esto escuchaba Sancho no con poco dolor de su ánima, viendo que se le desparecÃan e iban en humo las esperanzas de su ditado, y que la linda princesa Micomicona se le habÃa vuelto en Dorotea, y el gigante en don Fernando, y su amo se estaba durmiendo a lo sueño suelto, bien descuidado de todo lo sucedido.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Estas palabras, el grande afecto con que la mora las dijo, hicieron derramar más de una lágrima a algunos de los que la escucharon, especialmente a las mujeres, que de su naturaleza son tiernas y compasivas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Antes, como todos los más eran caballeros, a quien son anejas las armas, le escuchaban de muy buena gana; y él prosiguió diciendo: —Digo, pues, que los trabajos del estudiante son estos: principalmente pobreza; no porque todos sean pobres, sino por poner este caso en todo el estremo que pueda ser, y en haber dicho que padece pobreza, me parece que no habÃa que decir más de su mala ventura.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En los que escuchado le habÃan sobrevino nueva lástima, de ver que hombre que, al parecer, tenÃa buen entendimiento y buen discurso en todas las cosas que trataba, le hubiese perdido tan rematadamente en tratándole de su negra y pizmienta6677 caballerÃa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Viendo esto, desatamos a los moros y uno a uno los pusimos en tierra, de lo que ellos se quedaron admirados; pero llegando a desembarcar al padre de Zoraida, que ya estaba en todo su acuerdo, dijo: «¿Por qué pensáis, cristianos, que esta mala hembra huelga de que me deis libertad? ¿Pensáis que es por piedad que de mà tiene? No, por cierto; sino que lo hace por el estorbo que le dará mi presencia cuando quiera poner en ejecución sus malos deseos; ni penséis que la ha movido a mudar religión entender ella que la vuestra a la nuestra se 297 aventaja, sino el saber que en vuestra tierra se usa la deshonestidad más libremente que en la nuestra.» Y, volviéndose a Zoraida, teniéndole yo y otro cristiano de entrambos brazos asido porque algún desatino no hiciese, le dijo: «¡Oh infame moza y mal aconsejada muchacha! ¿Adónde vas ciega y desatinada, en poder destos perros, naturales enemigos nuestros? ¡Maldita sea la hora en que yo te engendré y malditos sean los regalos y deleites en que te he criado!» Pero viendo yo que llevaba término de no acabar tan presto, di priesa a ponelle en tierra, y desde allÃ, a voces, prosiguió en sus maldiciones y lamentos, rogando a Mahoma rogase a Alá que nos destruyese, confundiese y acabase; y cuando, por habernos hecho a la vela, no podimos oÃr sus palabras, vimos sus obras, que eran arrancarse las barbas, mesarse los cabellos y arrastrarse por el suelo; mas una vez esforzó la voz de tal manera, que podimos entender que decÃa: «¡Vuelve, amada hija, vuelve a tierra, que todo te lo perdono; entrega a esos hombres ese dinero que ya es suyo, y vuelve a consolar a este triste padre tuyo que en esta desierta arena dejará la vida, si tú le dejas!» Todo lo cual escuchaba Zoraida, y todo lo sentÃa y lloraba, y no supo decirle ni respondelle palabra, sino: «¡Plega a Alá, padre mÃo, que Lela Marién, que ha sido la causa de que yo sea cristiana, ella te consuele en tu tristeza! Alá sabe bien que no pude hacer otra cosa de la que he hecho, y que estos cristianos no deben nada a mi voluntad, pues aunque quisiera no venir con ellos y quedarme en mi casa, me fuera imposible, según la priesa que me daba mi alma a poner por obra esta que a mà me parece tan buena como tú, padre amado, la juzgas por mala.» Esto dijo a tiempo que ni su padre la oÃa, ni nosotros ya le veÃamos; y, asÃ, consolando yo a Zoraida, atendimos todos a nuestro viaje, el cual nos le facilitaba el proprio viento, de tal manera, que bien tuvimos por cierto de vernos otro dÃa al amanecer en las riberas de España.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y es de tal manera el gusto que hemos recebido en escuchalle que, aunque os hallara el dÃa de mañana entretenidos en el mesmo cuento, holgáramos que de nuevo se comenzara( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En efecto, el señor oidor entró confuso, asà de lo que veÃa como de lo que escuchaba, y las hermosas de la venta dieron la bienllegada a la hermosa doncella( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todo lo que el cura decÃa estaba escuchando algo de allà desviado el capitán, y notaba todos los movimientos que su hermano hacÃa.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero todas estas razones de don Quijote ya no las escuchaba nadie, porque asà como Maritornes le ató, ella y la otra se fueron, muertas de risa, y le dejaron asido de manera, que fue imposible soltarse.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Quedó don Quijote consolado con la escuchada profecÃa, porque luego coligió de todo en todo la significación de ella, y vio que le prometÃan el verse ayuntado en santo y debido matrimonio con su querida Dulcinea del Toboso, de cuyo felice vientre saldrÃan los cachorros, que eran sus hijos, para gloria perpetua de la Mancha.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* El cura le estuvo escuchando con grande atención, y pareciole hombre de buen entendimiento y que tenÃa razón en cuanto decÃa; y asÃ, le dijo que, por ser él de su mesma opinión y tener ojeriza a los libros de caballerÃas, habÃa quemado todos los de don Quijote, que eran muchos.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Porque de haber oÃdo la comedia artificiosa y bien ordenada, saldrÃa el oyente alegre con las burlas, enseñado con las veras, admirado de los sucesos, discreto con las razones, advertido con los embustes, sagaz con los ejemplos, airado contra el vicio y enamorado de la virtud; que todos estos afectos ha de despertar la buena comedia en el ánimo del que la escuchare, por rústico y torpe que sea.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Sà doy —respondió don Quijote, que todo lo estaba escuchando—; cuanto más que el que está encantado, como yo, no tiene libertad para hacer de su persona lo que quisiere, porque el que le encantó le puede hacer que no se mueva de un lugar en tres siglos, y si hubiere huido, le hará volver en volandas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* AtentÃsimamente estuvo don Quijote escuchando las razones del canónigo, y, cuando vio que ya habÃa puesto fin a ellas, después de haberle estado un buen espacio mirando, le dijo: —Paréceme, señor hidalgo, que la plática de vuestra merced se ha encaminado a querer darme a entender que no ha habido caballeros andantes en el mundo, y que todos los libros de caballerÃas son falsos, mentirosos, dañadores e inútiles para la república, y que yo he hecho mal en leerlos y peor en creerlos, y más mal en imitarlos, habiéndome puesto a seguir la durÃsima profesión de la caballerÃa andante que ellos enseñan; negándome que no ha habido en el mundo Amadises, ni de Gaula, ni de Grecia, ni todos los otros caballeros de que las escrituras están llenas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Comenzad, pues, amigo; que todos escucharemos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—; vete adonde quisieres y come lo que pudieres; que yo ya estoy satisfecho, y sólo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento deste buen hombre( Cervantes - Don Quijote)<>
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* De la pendencia que don Quijote tuvo con el cabrero, con la rara aventura de los deceplinantes, a quien dio felice fin a costa de su sudor General gusto causó el cuento del cabrero a todos los que escuchado le habÃan, especialmente le recibió el canónigo, que con estraña curiosidad notó la manera con que le habÃa contado, tan lejos de parecer rústico cabrero cuan cerca de mostrarse discreto cortesano; y asÃ, dijo que habÃa dicho muy bien el cura en decir que los montes criaban letrados.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Llegó, pues, a la procesión, y paró a Rocinante, que ya llevaba deseo de quietarse un poco, y con turbada y ronca voz, dijo: —Vosotros, que quizá por no ser buenos os encubrÃs los rostros, atended y escuchad lo que deciros quiero( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Yo seguro —respondió el cura— que la sobrina o el ama nos lo cuenta después, que no son de condición que dejarán de escucharlo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Mira, Teresa —respondió Sancho—, y escucha lo que agora quiero decirte, quizá no lo habrás oÃdo en todos los dÃas de tu vida, y yo agora no hablo de mÃo; que todo lo que pienso decir son sentencias del padre predicador que la cuaresma pasada predicó en este pueblo, el cual, si mal no me acuerdo, dijo que todas las cosas presentes que los ojos están mirando se presentan, están y asisten en nuestra memoria mucho mejor y con más vehemencia que las cosas pasadas( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A lo que respondió don Quijote: —Ama, lo que Dios responderá a tus quejas yo no lo sé, ni lo que ha de responder su Majestad tampoco, y sólo sé que si yo fuera rey, me escusara de responder a tanta infinidad de memoriales impertinentes como cada dÃa le dan; que uno de los mayores trabajos que los reyes tienen entre otros muchos es el estar obligados a escuchar a todos y a responder a todos, y, asÃ, no querrÃa yo que cosas mÃas le diesen pesadumbre( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero poco espacio de tiempo habÃa pasado cuando le despertó un ruido que sintió a sus espaldas, y, levantándose con sobresalto, se puso a mirar y a escuchar de dónde el ruido procedÃa, y vio que eran dos hombres a caballo, y que el uno, dejándose derribar de la silla, dijo al otro: —Apéate, amigo, y quita los frenos a los caballos; que, a mi parecer, este sitio abunda de yerba para ellos y del silencio y soledad que han menester mis amorosos pensamientos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero escucha; que, a lo que parece, templando está un laúd o vigüela, y según escupe y se desembaraza el pecho, debe de prepararse para cantar algo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Sosegaos, señor caballero —dijo don Quijote—, y escuchad lo que deciros quiero.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —A mi mujer con eso —dijo Sancho Panza, que hasta entonces habÃa ido callando y escuchando—, la cual no quiere sino que cada uno case con su igual, ateniéndose al refrán que dicen «cada oveja con su pareja»; lo que yo quisiera es, que ese buen Basilio, que ya me le voy aficionando, se casara con esa señora Quiteria; que buen siglo hayan y buen poso, iba a decir al revés, los que estorban que se casen los que bien se quieren( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sancho Panza, que lo escuchaba todo, dijo: —El rey es mi gallo, a Camacho me atengo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¡Oh desdichado Montesinos! ¡Oh malferido Durandarte! ¡Oh sin ventura Belerma! ¡Oh lloroso Guadiana, y vosotras sin dicha hijas de Ruidera, que mostráis en vuestras aguas las que lloraron vuestros hermosos ojos! Con atención escuchaban el primo y Sancho las palabras de don Quijote, que las decÃa como si con dolor inmenso las sacara de las entrañas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* ¿No se representan por ahà casi de ordinario mil comedias llenas de mil impropiedades y disparates, y, con todo eso, corren felicÃsimamente su carrera y se escuchan, no sólo con aplauso, sino con admiración y todo? Prosigue, muchacho, y deja decir, que como yo llene mi talego, siquiera represente más impropiedades que tiene átomos el sol( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todos le dijeron que dijese lo que quisiese, que de buena gana le escucharÃan( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Encogió Sancho los hombros, obedeció y sentose, y todas las doncellas y dueñas de la duquesa la rodearon atentas, con grandÃsimo silencio, a escuchar lo que dirÃa; pero la duquesa fue la que habló primero, diciendo: —Ahora que estamos solos, y que aquà no nos oye nadie, querrÃa yo que el señor gobernador me asolviese ciertas dudas que tengo, nacidas de la historia que del gran don Quijote anda ya impresa, una de las cuales dudas es que, pues el buen Sancho nunca vio a Dulcinea, digo a la señora Dulcinea del Toboso, ni le llevó la carta del señor don Quijote porque se quedó en el libro de memoria en Sierra Morena, cómo se atrevió a fingir la respuesta y aquello de que la halló ahechando trigo, siendo todo burla y mentira, y tan en daño de la buena opinión de la sin par Dulcinea, y todas que no vienen bien con la calidad y fidelidad de los buenos escuderos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* A estas razones, sin responder con alguna, se levantó Sancho de la silla, y con pasos quedos, el cuerpo agobiado y el dedo puesto sobre los labios, anduvo por toda la sala levantando los doseles, y luego, esto hecho, se volvió a sentar y dijo: —Ahora, señora mÃa, que he visto que no nos escucha nadie de solapa, fuera de los circunstantes, sin temor ni sobresalto, responderé a lo que se me ha preguntado y a todo aquello que se me preguntare; y lo primero que digo es que yo tengo a mi señor don Quijote por loco rematado, puesto que algunas veces dice cosas que, a mi parecer y aun de todos aquellos que le escuchan, son tan discretas y por tan buen carril encaminadas, que el mesmo Satanás no las podrÃa decir mejores; pero, con todo esto, verdaderamente y sin escrúpulo, a mà se me ha asentado que es un mentecato.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Y ¡cómo que no mienten! —dijo a esta sazón doña RodrÃguez, la dueña, que era una de las escuchantes—, que un romance hay que dice, que metieron al rey Rodrigo vivo vivo en una tumba llena de sapos, culebras y lagartos, y que de allà a dos dÃas dijo el rey desde dentro de la tumba, con voz doliente y baja: Ya me comen, ya me comen por do más pecado habÃa( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —¡Maldito seas de Dios y de todos sus santos, Sancho maldito —dijo don Quijote—, y cuándo será el dÃa, como otras muchas veces he dicho, donde yo te vea hablar sin refranes una razón corriente y concertada! Vuestras grandezas dejen a este tonto, señores mÃos, que les molerá las almas, no sólo puestas entre dos, sino entre dos mil refranes traÃdos tan a sazón y tan a tiempo cuanto le dé Dios a él la salud, o a mà si los querrÃa escuchar( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Ello dirá —dijo don Quijote, que todo lo escuchaba( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Pero hacer caso de tres mil y trecientos azotes, que no hay niño de la doctrina, por ruin que sea, que no se los lleve cada mes, admira, adarva, espanta a todas las entrañas piadosas de los que lo escuchan y aun las de todos aquellos que lo vinieren a saber con el discurso del tiempo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Comieron y, después de alzado los manteles y después de haberse entretenido un buen espacio con la sabrosa conversación de Sancho, a deshora se oyó el son tristÃsimo de un pÃfaro y el de un ronco y destemplado tambor; todos mostraron alborotarse con la confusa, marcial y triste armonia, especialmente don Quijote que no cabÃa en su asiento de puro alborotado; de Sancho no hay que decir, sino que el miedo le llevó a su acostumbrado refugio, que era el lado o faldas de la duquesa, porque real y verdaderamente el son que se escuchaba era tristÃsimo y malencólico.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Yo soy don Quijote de la Mancha, cuyo asumpto es acudir a toda suerte de menesterosos y, siendo esto asà como lo es, no habéis menester, señora, captar benevolencias ni buscar preámbulos, sino a la llana y sin rodeos decir vuestros males; que oÃdos os escuchan que sabrán, si no remediarlos, dolerse dellos( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Esto que hasta aquà te he dicho son documentos que han de adornar tu alma; escucha ahora los que han de servir para adorno del cuerpo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* AtentÃsimamente le escuchaba Sancho y procuraba conservar en la memoria sus consejos, como quien pensaba guardarlos y salir por ellos a buen parto de la preñez de su gobierno.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Púsose a escuchar atentamente; levantaron la voz los de abajo, tanto, que pudo oÃr estas razones: —No me porfÃes, ¡oh Emerencia!, que cante, pues sabes que desde el punto que este forastero entró en este castillo, y mis ojos le miraron, yo no sé cantar, sino llorar; cuanto más que el sueño de mi señora tiene más de ligero que de pesado, y no querrÃa que nos hallase aquà por todo el tesoro del mundo; y, puesto caso que durmiese y no despertase, en vano serÃa mi canto si duerme y no despierta para oÃrle este nuevo Eneas, que ha llegado a mis regiones para dejarme escarnida( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Luego imaginó que alguna doncella de la duquesa estaba dél enamorada y que la honestidad la forzaba a tener secreta su voluntad; temió no le rindiese, y propuso en su pensamiento el no dejarse vencer; y, encomendándose de todo buen ánimo y buen talante a su señora Dulcinea del Toboso, determinó de escuchar la música, y para dar a entender que allà estaba, dio un fingido estornudo, de que no poco se alegraron las doncellas, que otra cosa no deseaban sino que don Quijote las oyese( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Mi voz, ya ves, si me escuchas, que a la que es más dulce iguala, y soy de disposición algo menos que mediana( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Aquà llegaba don Quijote de su canto, a quien estaban escuchando el duque y la duquesa, Altisidora y casi toda la gente del castillo, cuando de improviso, desde encima de un corredor que sobre la reja de don Quijote a plomo caÃa, descolgaron un cordel donde venÃan más de cien cencerros asidos, y luego tras ellos derramaron un gran saco de gatos, que asimismo traÃan cencerros menores atados a las colas.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Don Quijote se acorrucó y se cubrió todo, no dejando más de el rostro descubierto y, habiéndose los dos sosegado, el primero que rompió el silencio fue don Quijote, diciendo: —Puede vuesa merced ahora, mi señora doña RodrÃguez, descoserse y desbuchar todo aquello que tiene dentro de su cuitado corazón y lastimadas entrañas; que será de mà escuchada con castos oÃdos y socorrida con piadosas obras( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Y si el pobre del juez no los escucha y despacha, o porque no puede o porque no es aquel el tiempo diputado para darles audiencia, luego les maldicen y murmuran, y les roen los huesos y aun les deslindan los linajes.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Sentose en la cama y estuvo atento y escuchando, por ver si daba en la cuenta de lo que podÃa ser la causa de tan grande alboroto; pero no sólo no lo supo, pero añadiéndose al ruido de voces y campanas el de infinitas trompetas y atambores, quedó más confuso y lleno de temor y espanto, y, levantándose en pie, se puso unas chinelas por la humedad del suelo, y sin ponerse sobrerropa de levantar ni cosa que se pareciese, salió a la puerta de su aposento a tiempo cuando vio venir por unos corredores más de veinte personas con hachas encendidas en las manos y con las espadas desenvainadas, gritando todos a grandes voces: —¡Arma, arma, señor gobernador, arma!; que han entrado infinitos enemigos en la Ãnsula, y somos perdidos si vuestra industria y valor no nos socorre( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Unos tropezaban en él, otros caÃan, y tal hubo quien se puso encima un buen espacio, y, desde allÃ, como desde atalaya, gobernaba los ejércitos, y a grandes voces decÃa: —¡Aquà de los nuestros: que por esta parte cargan más los enemigos! ¡Aquel portillo se guarde, aquella puerta se cierre, aquellas escalas se tranquen! ¡Vengan alcancÃas, pez y resina en calderas de aceite ardiendo! ¡Trinchéense las calles con colchones! En fin, él nombraba con todo ahÃnco todas las baratijas e instrumentos y pertrechos de guerra, con que suele defenderse el asalto de una ciudad, y el molido Sancho, que lo escuchaba y sufrÃa todo, decÃa entre si: —¡Oh, si mi Señor fuese servido que se acabase ya de perder esta Ãnsula, y me viese yo, o muerto o fuera desta grande angustia! Oyó el cielo su petición y, cuando menos lo esperaba, oyó voces que decÃan: —¡Vitoria, vitoria, los enemigos van de vencida! ¡Ea, señor gobernador, levántese vuesa merced!; y venga a gozar del vencimiento y a repartir los despojos que se han tomado a los enemigos, por el valor dese invencible brazo( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Desta manera se lamentaba Sancho Panza, y su jumento le escuchaba sin responderle palabra alguna, tal era el aprieto y angustia en que el pobre se hallaba.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Finalmente, habiendo pasado toda aquella noche en miserables quejas y lamentaciones, vino el dÃa, con cuya claridad y resplandor vio Sancho que era imposible de toda imposibilidad salir de aquel pozo sin ser ayudado, y comenzó a lamentarse y dar voces, por ver si alguno le oÃa; pero todas sus voces eran dadas en desierto, pues por todos aquellos contornos no habÃa persona que pudiese escucharle, y entonces se acabó de dar por muerto.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* En fin, le detuvo y no cayó; y, llegándose algo más cerca sin apearse, miró aquella hondura, y, estándola mirando, oyó grandes voces dentro, y, escuchando atentamente, pudo percebir y entender que el que las daba decÃa: —¡Ah de arriba! ¿Hay algún cristiano que me escuche o algún caballero caritativo que se duela de un pecador enterrado en vida, o un desdichado desgobernado gobernador? Pareciole a don Quijote que oÃa la voz de Sancho Panza, de que quedó suspenso y asombrado y, levantando la voz todo lo que pudo, dijo: —¿Quién está allá bajo, quién se queja? —¿Quién puede estar aquÃ, o quién se ha de quejar —respondieron—, sino el asendereado de Sancho Panza, gobernador, por sus pecados y por su mala andanza, de la Ãnsula Barataria, escudero que fue del famoso caballero don Quijote de la Mancha? Oyendo lo cual don Quijote, se le dobló la admiración y se le acrecentó el pasmo, viniéndosele al pensamiento que Sancho Panza debÃa de ser muerto, y que estaba allà penando su alma; y, llevado desta imaginación, dijo: —Conjúrote por todo aquello que puedo conjurarte, como católico cristiano, que me digas quién eres, y si eres alma en pena, dime qué quieres que haga por ti, que pues es mi profesión favorecer y acorrer a los necesitados deste mundo, también lo seré para acorrer y ayudar a los menesterosos del otro mundo, que no pueden ayudarse por sà propios( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Estando como queda dicho, mirándole todos, a deshora entre las otras dueñas y doncellas de la duquesa que le miraban, alzó la voz la desenvuelta y discreta Altisidora, y en son lastimero dijo: Escucha, mal caballero, detén un poco las riendas; no fatigues las ijadas de tu mal regida bestia( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Yo, pues, agradecido a la merced que aquà se me ha hecho, no pudiendo corresponder a la misma medida, conteniéndome en los estrechos limites de mi poderÃo, ofrezco lo que puedo y lo que tengo de mi cosecha, y asÃ, digo que sustentaré dos dÃas naturales, en metad de ese camino real que va a Zaragoza, que estas señoras zagalas contrahechas que aquà están son las más hermosas doncellas y más corteses que hay en el mundo, excetando sólo a la sin par Dulcinea del Toboso, única señora de mis pensamientos, con paz sea dicho de cuantos y cuantas me escuchan( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Oyendo lo cual Sancho, que con grande atención le habÃa estado escuchando, dando una gran voz, dijo: —¿Es posible que haya en el mundo personas que se atrevan a decir y a jurar que este mi señor es loco? Digan vuesas mercedes, señores pastores, ¿hay cura de aldea, por discreto y por estudiante que sea, que pueda decir lo que mi amo ha dicho, ni hay caballero andante, por mas fama que tenga de valiente, que pueda ofrecer lo que mi amo aquà ha ofrecido? Volviose don Quijote a Sancho y, encendido el rostro y colérico, le dijo: —¿Es posible, oh Sancho, que haya en todo el orbe alguna persona que diga que no eres tonto, aforrado de lo mismo, con no sé qué ribetes de malicioso y de bellaco? ¿Quién te mete a ti en mis cosas y en averiguar si soy discreto o majadero? Calla y no me repliques, sino ensilla, si está desensillado Rocinante; vamos a poner en efecto mi ofrecimiento, que con la razón que va de mi parte, puedes dar por vencidos a todos cuantos quisieren contradecirla( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Don Quijote, que estaba escuchando atentamente lo que Claudia habÃa dicho y lo que Roque Guinart respondió, dijo: —No tiene nadie para qué tomar trabajo en defender a esta señora; que lo tomo yo a mi cargo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Todo era poner espÃas, escuchar centinelas, soplar las cuerdas de los arcabuzes, aunque traÃan pocos, porque todos se servÃan de pedreñales( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Paseose don Antonio con don Quijote por todo el aposento rodeando muchas veces la mesa, después de lo cual dijo: —Agora, señor don Quijote, que estoy enterado que no nos oye y escucha alguno y está cerrada la puerta, quiero contar a vuesa merced una de las más raras aventuras o, por mejor decir, novedades que imaginarse pueden, con condición que lo que a vuesa merced dijere lo ha de depositar en los últimos retretes del secreto( Cervantes - Don Quijote)<>
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* Que trata de lo que verá el que lo leyere, o lo oirá el que lo escuchare leer Al salir de Barcelona volvió don Quijote a mirar el sitio donde habÃa caÃdo y dijo: —Aquà fue Troya; aquà mi desdicha, y no mi cobardÃa, se llevó mis alcanzadas glorias; aquà usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas; aquà se escurecieron mis hazañas; aquÃ, finalmente, cayó mi ventura para jamás levantarse( Cervantes - Don Quijote)<>
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* —Eso creo yo muy bien —dijo a esta sazón Sancho—, porque el decir gracias no es para todos, y ese Sancho que vuesa merced dice, señor gentilhombre, debe de ser algún grandÃsimo bellaco, frión y ladrón juntamente; que el verdadero Sancho Panza soy yo, que tengo más gracias que llovidas, y, si no, haga vuesa merced la experiencia y ándese tras de mà por lo menos un año, y verá que se me caen a cada paso, y tales y tantas que, sin saber yo las más veces lo que me digo, hago reÃr a cuantos me escuchan; y el verdadero don Quijote de la Mancha, el famoso, el valiente y el discreto, el enamorado, el desfacedor de agravios, el tutor de pupilos y huérfanos, el amparo de las viudas, el matador de las doncellas, el que tiene por única señora a la sin par Dulcinea del Toboso, es este señor que está presente, que es mi amo.( Cervantes - Don Quijote)<>
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