NS NihilScio
* —De ese parecer estoy yo —replicó el caminante—; pero una cosa, entre otras muchas, me parece muy mal de los caballeros andantes, y es que, cuando se ven en ocasión de acometer una grande y peligrosa aventura en que se ve manifiesto peligro de perder la vida, nunca en aquel instante de acometella se acuerdan de encomendarse a Dios, como cada cristiano está obligado a hacer en peligros semejantes; antes se encomiendan a sus damas, con tanta gana y devoción, como si ellas fueran su Dios: cosa que me parece que huele algo a gentilidad( Cervantes - Don Quijote)

* Y no se ha de entender por esto que han de dejar de encomendarse a Dios; que tiempo y lugar les queda para hacerlo en el discurso de la obra( Cervantes - Don Quijote)

* Y no sé yo cómo el muerto tuvo lugar para encomendarse a Dios en el discurso de esta tan acelerada obra.( Cervantes - Don Quijote)

* Cuanto más, que yo tengo para mí que no todos los caballeros andantes tienen damas a quien encomendarse, porque no todos son enamorados( Cervantes - Don Quijote)

* —Con todo eso —dijo el caminante—, me parece, si mal no me acuerdo, haber leído que don Galaor, hermano del valeroso Amadís de Gaula, nunca 100tuvo dama señalada a quien pudiese encomendarse, y con todo esto no fue tenido en menos y fue un muy valiente y famoso caballero( Cervantes - Don Quijote)

* Pero, en resolución, averiguado está muy bien que él tenía una sola a quien él había hecho señora de su voluntad, a la cual se encomendaba muy a menudo y muy secretamente, porque se preció de secreto caballero( Cervantes - Don Quijote)

* Recorred vuestra memoria, y, si halláis alguna cosa deste jaez que encomendarme, no hay sino decilla, que yo os prometo, por la orden de caballero que recibí, de faceros satisfecho y pagado a toda vuestra voluntad( Cervantes - Don Quijote)

* Alborotose Rocinante con el estruendo del agua y de los golpes y, sosegándole don Quijote, se fue llegando poco a poco a las casas, encomendándose de todo corazón a su señora, suplicándole que en aquella temerosa jornada y empresa le favoreciese, y, de camino, se encomendaba también a Dios, que no le olvidase.( Cervantes - Don Quijote)